AFP
WASHINGTON, EE.UU..-
Grandes y viscosos caracoles procedentes de África han invadido una zona de Miami y el gobierno de Estados Unidos afirmó el martes que el uso de un potente pesticida es la mejor forma de evitar su reproducción.

Miles de caracoles africanos gigantes de entre 10 y 20 centímetros han sido recogidos en la zona de Coral Gables, en el condado de Miami-Dade, desde que la plaga fuera descubierta en septiembre, informó el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.

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Las autoridades no están seguras de cómo o cuándo estos exóticos invertebrados llegaron al sur de Florida, pero esperan actuar pronto utilizando un fosfato de hierro que es tóxico para los moluscos, con el objetivo de evitar que estas criaturas hermafroditas se multipliquen aún más rápidamente.

Estos moluscos gigantes no sólo están asustando a los residentes, dejando rastros viscosos mientras se alimentan de los pepinos, bananas y calabazas locales, sino que además acarrean un riesgo para la salud ya que portan un peligroso parásito conocido como el gusano pulmonar de las ratas.

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Si las personas ingieren este parásito a través de productos contaminados o mediante el contacto con los invertebrados que lo portan -con varios casos documentados en todo el mundo- éstos pueden entrar en el sistema nervioso central causando náuseas, dolor de cabeza y daño nervioso.

El remedio propuesto se denomina Sluggo®-AG, utiliza el gluten para atraer a babosas y caracoles y contiene 1,0% de fosfato de hierro para envenenarlos.

"Después de comer la carnada, los caracoles dejan de alimentarse inmediatamente porque el fosfato de hierro interviene en el metabolismo del calcio. Los animales mueren luego de tres a seis días", aseguró USDA en un comunicado.

Estas criaturas marrones han sido encontradas principalmente en áreas residenciales, aunque las zonas afectadas también incluyen dos parques nacionales, Everglades y Biscayne.

"El fosfato de hierro es considerado prácticamente no-tóxico para los humanos", afirmó el reporte, agregando que los riesgos acumulativos para el medio ambiente y para otros animales son bajos y que el compuesto no es soluble en agua, por lo que no es probable que contamine las aguas subterráneas.

De ser aprobado, este programa podría tomar entre dos y cuatro años.