EFE - REDACCIÓN
RÍO DE JANEIRO, Brasil.- Metallica llegó anoche para los amantes del rock, con la presentación de la banda norteamericana que cerró la tercera jornada de Rock in Rio.

Unos cien mil asistentes demostraron que la legendaria ciudad sigue invicta y que su regreso al lugar que lo vio nacer desde 1985, sigue siendo un éxito.

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El público, la mayoría vestidos de negro sirvió de antesala para recibir también a dos representantes del heavy metal: Slipknot y Motorhad.

Recién llegados de su colaboración discográfica con Lou Reed, un proyecto de raíz literaria y expresionista llamado "Lulu", Metallica ha vuelto por sus fueros con un concierto de rock enérgico y contundente.

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El grupo ha realizado un repaso a su carrera, que se inició a principios de los 80 dentro de la agresiva y rápida línea del "thrash metal" y que fue evolucionando hacia terrenos del gusto de un público más mayoritario, lo que les reportó a la larga nueve premios Grammy y grandes éxitos como 'Nothing Else Matters'.

No podía ser por ello de otra forma y, junto a reliquias de culto como 'Seek & Destroy', broche del concierto, 'Creeping Death' o 'Master of Puppets', Metallica ha incorporado a su repertorio clásicos de aquel disco como 'Enter Sandman' y la misma 'Nothing Else Matters'.

Mötorhead y Slipknot

Antes de la llegada de Metallica, otras bandas habían hecho temblar ya los cimientos de la Ciudad de Rock.

Después de la notable actuación de Sepultura en el escenario "Sunset" con Tambours du Bronx, ha sido el turno de otro grupo legendario, los británicos Mötorhead, con el carismático Lemmy al frente, el único miembro original que queda entre sus filas.

El público ansioso por observar a Lemmy, el líder de la banda británica desde hace casi cuarenta años y su desenvolvimeinto junto a sus músicos más jóvenes que él.

"Estáis listos para volveros realmente locos con nosotros?", gritó, Corey Taylor, vocalista de la banada Slipknot, quien dio la bienvenida a los miles de rockeros que esperabana ansiosos escuchar los priemeros acordes de esta banda.

Slipknot, hizo su presencia a pesar de que el año pasado sufrió la pérdida de uno de sus fundadores y principal compositor, el bajista Paul Gray.

La llegada de los estadounidenses, un grupo nacido en los años 90, inyectó de locura y euforia al público, quienes provistos de sus características caretas sacadas de un remedo de "La matanza de Texas", el grupo ha desatado la histeria con sus distorsiones esquizoides bañadas en punk, que a ratos suenan apocalípticas, a ratos paradójicamente marciales y que, finalmente, a ratos recuperan cierta cordura melódica, mal que les pese.

No todo acaba aquí para el metal en Río de Janeiro, pues el festival contará con un epílogo en el último fin de semana con la participación de otra banda legendaria del rock, Guns N Roses, así como la de los más recientes Evanescence y System of a Down.