No eran muchos, pero gritaban fuerte. Unos 30 ecuatorianos residentes en diferentes lugares de Estados Unidos protestaron ayer en las afueras del Queens College, desde donde el presidente Rafael Correa emitió su enlace sabatino.
Detrás de unas barandas, bajo la atenta vigilancia de los policías de la ciudad (como se estila en este país), portaban carteles con mensajes de rechazo a la presencia del mandatario, como “Democracia sí, dictadura no” y “El Tribunal Penal te espera”.
“Protestamos acá porque en Ecuador no se puede. Allá se conculcan los derechos de los ciudadanos, no hay libertad de expresión ni democracia”, decía Marcelo Feraud, excónsul de Ecuador en Miami en el gobierno de Gustavo Noboa.
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A su lado, Lenin Medina, dirigente de la organización Ecuatorianos por la Democracia, explicaba que los horarios de trabajo y las distancias habían impedido a otros compatriotas llegar al sitio para sumarse a la manifestación, pero que compartían el sentimiento de rechazo.
El mismo grupo siguió a Correa a todas las actividades planificadas en su visita. Estuvieron, por igual, en las afueras de la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde dio una conferencia sobre la iniciativa Yasuní-ITT, y del Teatro Ritz, de la ciudad de Elizabeth, en Nueva Jersey, donde se produjo una “noche cultural” en su homenaje.
Y también fueron ellos quienes, con el respaldo de la comunidad cubana residente en Union City, de Nueva Jersey, convencieron a su alcalde, Brian Stack, para que le revocara el permiso al consulado para efectuar esa “noche cultural” en una escuela pública de la localidad, y para que lo declarara persona no grata por su cercanía con los mandatarios de Cuba y Venezuela.
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Para ello mantuvieron reuniones personales con el funcionario y sus colaboradores, y contactos por teléfono y por correos electrónicos.
Gestiones que las misiones diplomáticas emplazadas en la llamada zona triestatal (Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut) no lograron neutralizar y, más bien, sus representantes se vieron obligados a modificar parte de la agenda prevista, con el temor de que los migrantes no se enteren, porque no tuvieron tiempo de hacerlo público a través de la prensa.
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Como forma de rechazo, en cambio, organizaron un plantón en las afueras del City Hall (Salón de la Ciudad) de la Alcaldía de Union City, que terminó en un incidente con el propio alcalde, que bajó de su oficina para dialogar con los simpatizantes de Alianza PAIS (AP).
Los cónsules anunciaron, asimismo, que no asistirán a ninguna actividad organizada por Stack, ni lo invitarían a las que ellos organizaran.
Francisco Hagó, asambleísta de AP por EE.UU. y Canadá, afirmó que el grupo opuesto a Correa no tiene mayor peso en la comunidad ecuatoriana. Y recordó que esos dirigentes fueron candidatos a la Asamblea por partidos opositores.
Al menos públicamente, el presidente minimizó la decisión del alcalde de Union City y más bien le “agradeció” por haberle generado tanta publicidad. Y en el enlace de ayer bromeó al decir que estaba pensando en contratarlo como Secretario de Comunicación.
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A esa reunión acudieron unos 500 ecuatorianos simpatizantes de Correa y de Alianza PAIS en su mayoría. Unos estuvieron solos, otros con sus familias.
Raúl Hidalgo, que reside hace 40 años en esa ciudad, aseguró estar muy agradecido con el Gobierno por el apoyo que le ha dado a los migrantes. “Yo veo que está haciendo grandes cosas por el país”, dijo agitando una banderita que le regalaron en el evento.
Mientras que Mónica Jara, quien lleva doce años viviendo en EE.UU. con su esposo y sus hijas, dijo sentirse emocionada por ver a Correa. Ella también estuvo en la noche cultural de Elizabeth y, sorteando la seguridad, logró darle la mano. Su simpatía por él ha hecho que le vuelvan las ganas de volver al Ecuador el año próximo.
Feria: Servicios del Régimen
Afiliaciones
En la cafetería del Queens College, donde ayer se realizó el enlace sabatino, la Secretaria Nacional del Migrante realiza hasta hoy una feria itinerante en la que se exponen los servicios que ofrecen 18 entidades gubernamentales. Algunas como el Biess atendían allí mismo a los migrantes ecuatorianos que acudieron al sitio. Hasta el mediodía de ayer habían afiliado voluntariamente a unas 20 personas.
Donaciones
En el stand de la iniciativa Yasuní-ITT se colocó un ánfora para que los asistentes entregaran sus donativos. A los que ponían al menos $ 5 les regalaban una camiseta. Hasta el mediodía, unas 1.200 personas visitaron la feria, calcularon los organizadores.