Agencias
Madrid.- El blanco inmaculado, el naranja tulipán, el rojo jade y el azul turquesa son los rotundos colores que bañarán los vestidos de cortes asimétricos y patrones hiperfemeninos que proponen los diseñadores españoles, a juzgar por lo que se vio en la segunda jornada de Cibeles Madrid Fashion Week, la cual se inauguró el viernes.
En su apertura, la famosa pasarela rindió un homenaje al diseñador español Jesús del Pozo, fallecido en agosto pasado a los 64 años, mostrando su última colección. Luego, el sábado, Cibeles dio un guiño a la cultura maya, que predijo el fin del mundo en el 2012,
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Lo hizo con las creaciones de Devota&Lomba, marcadas por formas orgánicas y geométricas sobre tejidos y fibras naturales que imprimen gran ligereza a las prendas, además de dotarlas de sutiles transparencias.
La filosofía de la colección primavera-verano 2012 es la "renovación de la mujer", dijo el diseñador Modesto Lomba, y aseguró que en todos sus patrones "están presentes la asimetría y el juego de los volúmenes".
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El jade fue el color principal de la colección, en la que una primorosa serie de inmaculados vestidos blancos y beis dieron paso a un vaporoso y sutil vestido rojo. Fabulosas y originales mangas abiertas dejaron al descubierto los hombros femeninos, así como las gabardinas cortas a modo de capa que se mostraron sobre zapatos de cuña que simulaban distintas formas de tacón.
Los contundentes y rotundos colores de las flores fueron el hilo conductor de la colección de Hanníbal Laguna, que por vez primera se olvidó del negro, de los bordados y de la pedrería, lo cual, anotó, le costó mucho por estar "siempre ligado a propuestas nocturnas".
El desfile de Francis Montesinos fue una auténtica fiesta para celebrar sus 40 años en la moda. Made in Spain, una colección anárquica y divertida en la que el diseñador valenciano ha fusionado su particular universo con los íconos y el lenguaje de la modernidad.
Montesinos mostró vestidos con distintos largos, camisas y pantalones confeccionados con tules plisados, tejidos transparentes, crochés, organzas y gasas bañadas en rojo, amarillo, naranja y negro.
Colorista también fue la colección de la gallega Kina Fernández, inspirada en la India para presentar una lujosa colección en la que la pasamanería, las gasas y las sedas estuvieron muy presentes.
En Cibeles, los diseñadores buscaron también una salida a la actual crisis con la creación de alegres colecciones en las que mandan los colores fuertes, el reciclaje y la utilización de tejidos naturales.
Teresa Helbig apostó por formas desestructuradas y Agatha Ruiz de la Prada se basó en sus señas de identidad: corazones, flores, topos y lazos.
El argentino Roberto Torretta jugó con la dualidad masculino-femenino, mientras que, original y sensibilizado con el medio ambiente, el español David Delfín reconstruyó piezas para confeccionar otras.