Los primeros alimentos fueron: frutos, raíces, hojas y tallos. Luego comenzó la caza de grandes piezas (renos, bisontes, vacunos salvajes y caballos) y de pequeños animales también (lagartijas, erizos, etc.).
Cazaban con arco y flecha, pescaban con anzuelos y con arpones. Armaban trampas y acorralaban a los animales para ir matándolos a medida de sus necesidades.
Publicidad
Las primeras herramientas eran fabricadas con piedras, ramas y eran muy simples.
Los alimentos se consumían crudos. El secado se utilizaba ya en la prehistoria para conservar numerosos alimentos, como los higos u otras frutas.
Publicidad
En el caso de la carne y el pescado se preferían otros métodos de conservación, como el ahumado o la salazón, que mejoran el sabor del producto.
Con la extinción de los grandes animales el hombre comenzó a domesticar a ciertos animales (renos, perros). La domesticación en Oriente de cabras, cerdos, ovejas y asnos dio origen a la ganadería.
La agricultura, la domesticación de las plantas fue tarea de mujeres, quienes comenzaron a cultivar las semillas que recogían. Significó el asentamiento del hombre.
Los primeros cultivos fueron: trigo, cebada, avena, col, higos, habas, lentejas. Se consumían frutos del manzano, el peral, el ciruelo y el cerezo.
En Oriente Medio (4.000 aC.) se cultivaban el almendro, el granado, garbanzo, cebolla y dátiles.
Al final de los periodos glaciales, algunas herbáceas de semilla grande, las antecesoras de los cereales, empezaron a crecer en las colinas del Oriente Próximo.
Con la llegada del fuego, aparecen los primeros recipientes de barro para cocinar los alimentos. Los huesos de los animales, de los cuales se consumía la carne y las pieles para ser utilizadas como abrigo, eran usados para hacer herramientas.
Se inventó el arado y la mujer perdió el control de la agricultura, atribuyendo la labor a la fuerza del hombre.
En el siglo V aC. en México se inventa el molino de trigo.
Con el descubrimiento del fuego el hombre comienza a cocer los alimentos con lo cual se digerían mejor, evitaban la transmisión de enfermedades y podían apreciar mejor su sabor.
El fuego significó, para el hombre, poder estar despierto más horas y comenzó el proceso de sociabilización, dando como resultado un aumento demográfico.
La agricultura reemplazó a la recolección de forma gradual. A partir del año 3500 aC. se produjo un cambio notable en el aprovechamiento de los animales: no se explotaban ya solo para obtener su carne y sus pieles sino también para la obtención de productos secundarios como leche, queso y lanas.
En la prehistoria, el hombre ya utilizaba el frío como método de conservación de las carnes (bloques de hielo).
En nuestros próximos espacios seguiremos viendo las distintas épocas para así entender mejor cómo nos alimentamos hoy en día y así mejorar nuestra gastronomía. ¡Bon appétit!