Festival mira el cine ecuatoriano

PATRICIA VILLARRUEL .- Dice mucho de José Luis Rebordinos el afiche de la película japonesa Mi vecino Totoro que cuelga de una de las paredes de su despacho. El nuevo director del Festival de San Sebastián es un apasionado del cine de animación y la cinta de Hayao Miyazaki es, sin duda, una de las mejores de la historia. Para este fiel admirador de la maestría de Steven Spielberg (hace unos días se dejó cautivar de nuevo por Tiburón) y seguidor apasionado de Indiana Jones, pero también del cine negro americano de los años cuarenta y cincuenta, del finlandés Aki Kaurismaki, de Buñuel o Berlanga, la edición 59ª del Zinemaldia, que se celebrará del 16 al 24 de septiembre, supone su estreno al frente del encuentro más importante del cine español. El desafío no se antoja nada fácil. El año anterior, el número de asistentes al evento cayó por primera vez. La cifra de espectadores se situó en 151.000 personas, 12.000 menos que en el 2009. En esta entrevista con EL UNIVERSO, Rebordinos, licenciado en Pedagogía Especial, de 48 años, habla de los retos que afronta y de la presencia de dos directores ecuatorianos, Sebastián Cordero y Alejandro Landes.Durante quince años participó en el equipo de dirección del Festival pero ahora está en primera línea, ¿corren nuevos aires en San Sebastián? Lo que haga tiene un punto de evolución más que de revolución. Hay nuevas apuestas como una mayor presencia del cine español y hemos querido reivindicar que el rigor no está reñido con la diversión para lo que sean organizado sesiones de media noche, un ciclo de cine y gastronomía con cenas temáticas diarias, promociones especiales para el público joven y talleres para niños. Nos hemos propuesto convertir a San Sebastián en la puerta de entrada a Europa del cine latinoamericano. Se puede encontrar en la programación alguna huella de su experiencia de dos décadas al frente de la Muestra de Cine Fantástico y de Terror. Es importante ser muy juguetón en un Festival como el de San Sebastián con más de 150.000 espectadores en nueve días. Independientemente de que exista una sección oficial muy rigurosa también hay posibilidades de disfrutar del cine de manera más distendida. Esto puede tener algo que ver con el trabajo que he hecho en estos años, pero es un modelo que siguen otros festivales como Sundance que tiene sus noches golfas y especiales. No se trata de inventar sino de aprender de lo que existe, adaptarlo a la realidad y construir un puzle que funcione en el entorno. Me conformo con que digan que esta edición ha estado mejor que la del año pasado. ¿Y cómo va a conseguir eso? Yo destacaría el interés porque San Sebastián sea punto de encuentro de todo el cine español y el crecimiento de secciones como Zabaltegui - Especiales que antes era un apartado con dos o tres películas y este año es una sección muy importante con cintas como Carrière, 250 metros del mexicano Juan Carlos Rulfo o los estrenos en Europa de lo último de Martin Scorsese, George Harrison: Living in the Material World, y Neil Young Journeys, de Jonathan Demme.Es un honor contar con Aki Kaurismäki (considerado como el mejor director de cine finlandés) o exhibir Nader y Simin, una separación, de Asghar Farhadi que se alzó con el Oso de Oro en el Festival de Berlín y The Tree of Life de Terrence Malick que consiguió la Palma de Oro en el último Festival de Cannes y en la gala inaugural de San Sebastián recibirá el Gran Premio Fipresci a la mejor película del año. Y tener a Glenn Close como Premio Donostia es un lujo. Es un sueño. Hay interpretaciones imposibles de olvidar como en 'Las amistades peligrosas'. Es una maravillosa actriz de cine, teatro y televisión. Además, tiene en su haber la producción de varias películas. Es una de esas grandes artistas, inteligente y poderosa.¿Es posible hallar un hilo conductor entre las películas que integran la sección oficial? Es complicado por su heterogeneidad. En este apartado conviven películas de género como Intrudes, de Juan Carlos Fresnadillo, o No habrá paz para los malvados, de Enrique Urbizu, con una película de cine negro como es Rampart, de Oren Moverman, con un melodrama como Sangue do meu sangue, de João Canijo, o con la francesa Le Skylab, de Julie Delpy, que tiene un punto de comedia. El cine de género es una constante en la sección como en otros festivales, porque esa es la tendencia y hay temáticas que se repiten como la familia o la mujer.¿Cómo el festival va a potenciar el cine latinoamericano? A las secciones que tenemos como Horizontes Latinos o Cine en Construcción, para películas inacabadas, queremos, a medio plazo, incorporar un foro de coproducción entre Latinoamérica y Europa que haga del Festival un punto de encuentro de estas industrias, donde se puedan cerrar negocios y compartir proyectos. Estamos buscando la financiación y si todo va bien en el 2012 sería una realidad.En esta edición hay un espacio dedicado a México, ¿habrá cabida para la cinematografía de otros países en los próximos años? Esa es la idea. Estamos presentando una retrospectiva de la cinematografía mexicana en colaboración con el Festival 4+1 de la Fundación Mapfre, que se realiza en cuatro países de América Latina y en Madrid y que intenta descubrir cintas importantes que no llegan a estrenarse en salas comerciales.¿Cómo ve el estado actual del cine latinoamericano? Como una gran potencia, pero en un momento de redefinición. Si antes el cine diferente venía de Japón, Hong Kong o Corea, en esta época quien busca un cine con nuevos planteamientos mira hacia Latinoamérica. En los últimos años ha existido mucha producción, en ocasiones con poco dinero pero llena de inventiva, el cine de autor ha sido muy imaginativo y su presencia en festivales como Cannes, Venecia o San Sebastián ha sido impresionante. Algunos países como Brasil, México o Argentina empiezan a mirar hacia un cine más comercial con producciones más grandes.En Horizontes Latinos, por vez primera figuran en competición dos directores ecuatorianos, Sebastián Cordero y Alejandro Landes, con trabajos completamente diferentes. ¿Qué denota esto de la industria ecuatoriana? En los últimos años llevamos advirtiendo que Ecuador tiene una producción mayor y de mejor calidad. El aumentar la presencia en festivales como está ocurriendo le puede permitir tener una salida en otros países. Veo al cine ecuatoriano con muchas posibilidades de proyección internacional, no es comercial ni va a llenar las salas dedicadas a cintas mainstream, pero puede tener distribución fuera de sus fronteras.Cordero repite en San Sebastián ahora con Pescador. ¿Qué les encandiló de su último largometraje? A Sebastián Cordero lo hemos seguido de cerca y siempre nos ha interesado mucho. Pescador será, sin duda, una de las películas importantes del cine latinoamericano del año y marcará la sección Horizontes Latinos. Cordero siempre aporta una nueva forma de mirar y de narrar, es un director con prestigio, pero no por eso repite modelos ni clichés. Sus películas no son iguales. Pescador es una apuesta arriesgada con elementos narrativos y visuales muy originales y una historia poderosa e interesante.Landes, por su parte, debuta en el Festival. ¿Por qué seleccionaron su último trabajo, Porfirio? Es una película poderosa, dura y, en ocasiones, áspera, con una historia muy polémica por el tema que trata (la violencia en Colombia), que lleva sus planteamientos hasta el extremo y consigue difuminar las fronteras entre la ficción y la no ficción. Por ejemplo, el actor principal es el protagonista real de la historia, pero Landes introduce narrativamente cambios sobre la trama. Creo que le interesa mucho más hablar de la realidad que crear mundos de ensueño o fantasía y, a través de la puesta en escena, recrear y transformar esa realidad.Datos Al Festival acudirán, entre otras estrellas, Clive Owen, Carice van Houten, Daniel Brühl, Pilar López de Ayala, Antonio Banderas (presentará un avance de 20 minutos de El gato con botas), Glenn Close, James Badge Dale, Olivia Harrison (viuda de George Harrison). Sebastián Cordero y Alejandro Landes han confirmado su asistencia.

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