Los vendedores están a cada paso. Forman una especie de calle de honor en los 70 km que comprende la procesión de la imagen de la Virgen de El Cisne, entre la parroquia de ese nombre y Loja. Son informales que instalan sus puestos a la madrugada, venden hasta la tarde que pasa la caminata y, enseguida, por la noche, van en busca de otro puesto para la siguiente jornada.

Cientos de puestos de venta de comida, afiches, reliquias, camisetas, zapatos, gorras, sombrillas, bebidas, helados y cientos de productos. “A dólar las gorras para el sol, a dólar”, grita un comerciante. Por el mismo precio se ofrece una libra de dulces lojanos, gafas, bolsos. Se promocionan zapatos de lona, de marcas falsificadas, desde $ 3; camisetas, a tres por $ 5. Y mucho más.

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Es que la fiesta religiosa lojana, una de las más grandes del país porque, se estima, congrega a unas 800 mil personas en los cuatro días de caminata y en otros actos como la feria comercial binacional, significa para esta provincia un ingreso que redondea los $ 10 millones, según dirigentes gremiales.

Los hoteles están llenos, igual las pensiones, hostales y hasta posadas, cuartos privados que se alquilan a grupos. Los feligreses se quejan que la comida está cara; los vendedores dicen que este año las ventas han bajado porque se ha multiplicado la oferta. Luz María Rosales es una de las vendedoras de comida, que instala dos carpas en diversos puntos del recorrido.

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“Hay años que se vende hasta mil platos. Ahora (miércoles 17) está todavía bajo. A esta hora ya vendí el año pasado 300 platos de cecina, hoy solo 20”, indica. Cada plato de cecina (carne secada que se asa y se sirve con arroz, yuca y menestra) vale $ 5. Un seco de gallina, $ 3; un almuerzo $ 2. Rody Jaramillo, heladero, gana unos $ 400 en toda la procesión y dice que este evento es lo máximo en cuanto a ingresos. Así piensa la mayoría. Aquí sí cabe la frase de que ellos “hacen su agosto”.

La Cámara de Comercio de Loja señala que el movimiento comercial en la ciudad aumenta; sin embargo, los más beneficiados, son los informales, lugares de hospedaje, restaurantes y mercados.

Para la llegada de la caminata a Loja, la Dirección de Higiene del Municipio concede permisos en el área urbana. Sin embargo, los informales se ubican a lo largo de la vía a Catamayo sin permisos ni controles.

Aunque no se tienen cifras de la cantidad de comerciantes, se estima que más de mil familias se dedican al comercio informal, solo el día 20 de agosto.