¿Qué sucedería si tu mejor amigo se convirtiera, sin saberlo, en el padre de tu hijo procreado a través de inseminación artificial?Este es el punto de partida de Loco por ella, simpática comedia romántica que tras su estructura muy clásica esconde una capacidad de profundización psicológica muy acentuada. Mérito del filme recae sobre todo en un poético y refinado Jason Bateman, gran protagonista de la historia.La película no debe ser catalogada como simple producto de entretenimiento. Detrás de la confección de comedia, condimentada con los usuales equívocos sentimentales, la cinta, dirigida a dúo por Josh Gordon y Will Speck, esconde una esencia nada banal.Por el contrario, cuenta las dificultades de relacionarse en pareja en una sociedad conflictiva y frenética como la actual. Y aunque el tema pueda parecer uno más de lo mismo y la capacidad para generar sorpresas dramáticas en el engranaje general sea mínima, lo cierto es que el filme está ligeramente por encima de la media, sobre todo en materia de diálogos.Inspirada en un recuento breve de Jeffrey Eugenides –novelista ganador del premio Pulitzer, magnífico escritor de Las vírgenes suicidas y Middlesex, publicado en The New York en 1996–, la película tiene su sorprendente punto de fuerza en la delineación de la psicología y la vida interior del protagonista Wally Mars.Incluso con una carrera exitosa, este hombre no posee el valor para declarársele a Kassie, la joven de la que está enamorado desde hace años, pero que con el pasar del tiempo se ha convertido en su mejor amiga.Figura opaca, veladamente gris, hipocondriaco y constantemente envuelto en un sutil estado depresivo, Wally podría ser un perfecto personaje de las comedias de Woody Allen, si no fuera porque está desarrollado en manera menos cómica de las que acostumbra este genial cineasta.Jason Bateman, considerado uno de los mejores intérpretes de este género inmensamente popular, encarna a Wally con enorme credibilidad. Su capacidad para actuar con los medios tonos y el lado amargo de una figura cómica lo había ya dejado traslucir perfectamente en Juno.Con Loco por ella, el actor reconfirma, no solamente su natural simpatía, sino sobre todo un talento que esperemos no sea desperdiciado en las típicas producciones superficiales.Si el guion, escrito por Allan Loeb, (Wall Street: el dinero nunca duerme y el próximo The Dilemma de Ron Howard) no estuviese colmado de nudos narrativos clásicos de la comedia más comercial, mermando en algunos momentos la frescura y la originalidad del filme, Loco por ella sería mucho más destacable.Así, lo que nos queda impreso de esta agradable entrega son un par de momentos poéticos y la belleza de la delineación del protagonista. Bateman sale como el vencedor absoluto, incluso sobre una Jennifer Aniston, quien es casi un género en sí misma, y quien, como siempre, se asemeja mucho a la Rachel Green de Friends, que la ha convertido en ícono de la feminidad autosuficiente y cosmopolita.