El director de comunicación de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), Antonio Puga, negó que se haya suspendido el proceso de entrega-recepción de los tres primeros aviones Cheetah, de doce adquiridos a la empresa Denel Aviation de Sudáfrica, a consecuencia del percance de una de las aeronaves durante un vuelo de prueba.
No obstante, en el último párrafo del comunicado que emitió la FAE la noche del lunes para informar sobre el percance, la Dirección de Comunicación señala que “una vez que las investigaciones determinen la causa del problema, la empresa Denel Aviation continuará con el proceso de entrega de estas aeronaves”.
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“No se ha decidido hacer absolutamente nada” (con relación al contrato firmado con la empresa), aclaró ayer Puga, quien cuestionó la publicación de este Diario sobre el accidente de la aeronave, con base a versiones de compañeros pilotos del oficial afectado, Galo Álvarez, quien conducía la aeronave biplaza Cheetah.
“No estoy de acuerdo con las cosas que han expresado aquí (en la nota). No entiendo cómo un piloto puede decir que está extrañado por su compañero que está en observación. No tiene sentido para mí, y en la realidad están haciendo una cuestión que está fuera de tono”, señaló molesto.
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La declaración que molestó a Puga fue la de un compañero de Álvarez que se encontraba el lunes pasado en la sala de emergencia del Hospital Naval. “Los demás pilotos estamos preocupados por nuestro compañero, somos pocos pilotos y este no es un accidente normal de aviación. ¿Quién nos garantiza que algo similar no vuelva a ocurrir?”.
A nivel oficial, ningún militar quiso dar una versión del percance registrado alrededor de las 13:30 del pasado lunes, cuando Álvarez realizaba un vuelo de prueba en uno de los aviones Cheetah adquirido a Sudáfrica por $ 78,5 millones (monto incluye asesoría y mantenimiento de aeronaves por parte de Sudáfrica por cinco años).
Ayer, compañeros del piloto herido relataron que el accidente se produjo por una explosión de una parte del asiento de eyección que se desprendió y afectó el lado izquierdo del rostro de Álvarez e hizo que su casco se saliera y rompiera parte de su cabina.
Afortunadamente, como copiloto iba en el avión el instructor del vuelo enviado por la empresa sudafricana, quien logró aterrizar la aeronave en la Base de Taura, a pesar de que la cabina estaba rota.
Se estima que la aeronave se encontraba a unos 35 o 40 kilómetros de distancia de la Base de Taura.
Hasta ayer, el piloto seguía en observación en el Hospital Naval, en el tercer piso, habitación 307. Según reportes médicos su ojo izquierdo fue afectado por el golpe, pero negaron dar pronósticos.
La FAE no confirmó oficialmente la notificación de dicha falla a la empresa vendedora, pero extraoficialmente se anunció que técnicos de Denel Aviation de Sudáfrica llegarán al país en las próximas horas para investigar el accidente.
Los vuelos de prueba y el ensamblaje de las aeronaves se suspendieron ayer hasta nueva orden.
Apuntes: Ministro
Llegada de aviones
El junio pasado, el ministro de Defensa, Javier Ponce, en una entrevista con este Diario en Madrid (España), afirmó que “una de las inversiones más fuertes del Gobierno es de los aviones sudafricanos Cheetah. Llegaron los tres primeros y se están desaduanizando. Aspiro a que a mediados de julio estén en capacidad de volar”.
Inversión
Sobre la inversión explicó que en la globalidad supone una inversión a cinco años de $70 millones. El costo real de los aviones es de $ 35 millones. El resto corresponde a un acuerdo con la empresa sudafricana Denel Aviation para que mantenga en vuelo a la flota durante el próximo lustro con un coste de $ 7 millones anuales. Es una operación más beneficiosa que la que podíamos hacer nosotros comprando repuestos o enviando los aviones a las revisiones.