Gabriela Pesantes, de 21 años, observaba las aproximadamente 30 donaciones de cabello que durante la mañana de ayer habían hecho otras mujeres. En pocos minutos 20 cm de su larga cabellera castaña sería una más de las que reposaban sobre la mesa. “Quiero entregar esta parte de mí porque mi madre murió con cáncer hace dos años y sé lo difícil que es ver cómo te quedas sin cabello debido a los tratamientos”, dijo Pesantes.