EFE
CATOIRA, España.-
El municipio de Catoira, en la región de Galicia (noroeste), celebró
hoy una nueva edición de la Romería Vikinga, que rememora el desembarco
en el siglo XI de piratas normandos y sarracenos en busca de los tesoros
de la Iglesia Compostelana y que fueron rechazados por sus habitantes.
Cientos
de vecinos ataviados con trajes de época representaron el
enfrentamiento, en el que el vino fue una vez más el gran protagonista,
después de que los vikingos tomaran tierra procedentes del río Ulla a
bordo de tres barcos "drakkar", réplicas de las auténticas expuestas en
el museo de Frederiksud, en Dinamarca, ciudad hermanada con Catoira.
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Las
Torres del Oeste, supervivientes de la fortaleza del Castillo de
Catoira, cuya principal función era proteger y prevenir ataques
vikingos, volvieron a ser testigos de una dramatización que se viene
celebrando desde la década de los sesenta, y que en 2002 fue declarada
Fiesta de Interés Turístico Internacional.
Una vez cesaron las
"hostilidades", vikingos y locales, junto a multitud de visitantes,
compartieron mesa y viandas en el almuerzo campestre, amenizado con
música de gaiteros en una jornada en la que el tiempo ayudó a la fiesta
con una temperatura agradable.
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El alcalde de la localidad, Alberto
García, calculó, en declaraciones a Efe, que más 30.000 personas
participan en la romería de Catoira, que dramatiza un desembarco de hace
mil años.
Catoira lleva ya diez días de fiesta, con representaciones teatrales en las Torres del Oeste y numerosos actos festivos.