Miedo. Eso es lo que se sentía ayer en el interior de las viviendas de la cdla. La Pradera, luego de que ¬entre lunes y martes¬ en ese territorio mantense se produjeran dos ataques delincuenciales: uno con bomba y otro, un crimen tipo sicariato que acabó con Luis Joza Mejía, quien habría interpuesto su cuerpo para que las balas no impactaran a uno de sus hijos, con los cuales ¬la tarde del martes¬ recogía los escombros de su casa, dinamitada un día antes.