AFP
CIUDAD DEL VATICANO.- En una histórica reunión en el Vaticano, Benedicto XVI llamó el pasado sábado a Europa a que impida que los pueblos gitanos sean una vez más objeto de "vejaciones, rechazo y desprecio", recordando la exterminación "bárbara, muy poco reconocida", durante el nazismo de Adolf Hitler.

"Miles de mujeres, hombres y niños fueron exterminados de manera bárbara en los campos de concentración", recordó el papa al recibir a los gitanos en la Sala Pablo VI del Vaticano.

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Ante unos 2.000 de sus representantes, Benedicto XVI destacó que, frente a los rápidos cambios sociales, numerosos gitanos tratan de terminar con la vida nómada e integrarse.

"Europa, que derriba sus fronteras y considera como riqueza la diversidad de los pueblos y de las culturas, también les ofrece nuevas posibilidades", declaró.

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Monseñor Antonio María Veglio, presidente del Consejo Pontifical para los Migrantes e Itinerantes, destacó que los gitanos "están viviendo una nueva etapa que les ofrece la oportunidad de una vida más digna, pero que deben ver su identidad consolidada".

El pontífice saludó a los gitanos, que agitaban pañuelos amarillos y blancos. "La Iglesia es una casa para todos ustedes", dijo citando lo que les había declarado Pablo VI, en 1965, en Pomezia, en el sur de Roma: "En la Iglesia no están al margen, sino en ciertos aspectos están al centro, en su corazón".

Para una buena integración, una "colaboración efectiva y leal es necesaria, para que vuestras familias se integren dignamente en el tejido social europeo", puntualizó.