Las redes sociales podrían ser una buena herramienta de comunicación para los chicos, siempre y cuando exista una permanente supervisión y comprensión de los padres, docentes y tutores. Una de las alternativas de interacción en la web, creada exclusivamente para niños, es la del mundo virtual Club Pengüin, de la franquicia Disney, cofundado en el 2005 por Lane Merrifield, Dave Krysko y Lance Priebe.

Según el brasileño José Carlos Rodrigues, ejecutivo de Disney Online Studios para Latinoamérica, quien recientemente visitó Ecuador con motivo de la difusión de esta alternativa infantil, la idea de Club Pengüin nació como un espacio para los hijos de sus creadores. Poco a poco el objetivo se fue ampliando y se convirtió en un programa de acceso mundial.

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"Club Pengüin es un mundo virtual, es una vida virtual que se puede tener si ingresan al sitio y crean un pingüino que es su representación", manifiesta el brasileño. Explica que dentro de esta "isla" hay juegos, actividades e interacciones sociales con otros 'pingüinos'.

Sobre los riesgos que esta red podría implicar, Rodrigues asevera que los padres deben estar tranquilos, pues es un espacio que "fue creado especialmente para los niños".

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Explica que en el sitio no hay publicidad, pues a partir de ella podría haber acceso a otros links con contenidos no aptos para menores. Además, ellos no pueden compartir información personal (dirección, e-mail, escuela, colegio, etc.). La interacción social se da únicamente dentro del mundo virtual.

"La internet es una parte más de la vida del niño hoy. Todo exceso es malo en todo aspecto de la vida", comenta Rodrigues. Recalca que para evitar esas "horas extras" frente al computador, los padres pueden crear una cuenta de administración donde pueden monitorear lo que pasa con su hijo: cuándo se conectó, cuánto tiempo jugó o, incluso, establecer un tiempo límite de juego. "No queremos reemplazar a los padres, sino invitarlos a ser parte de este desarrollo de la personalidad de su hijo", señala.

El ejecutivo de uno de los ejes mundiales más importantes de entretenimiento infantil, expresa que el sitio es gratuito y se puede ingresar a través del link clubpenguin.com/es. El niño crea un pingüino (su avatar) con la dirección de correo de su padre. Una vez que el representante lo aprueba, el niño puede ingresar a la página, en la que trabajan alrededor de 500 personas en seis oficinas del mundo: Kelowna, Canadá; Los Ángeles, EE.UU.; Buenos Aires, Argentina; Sao Paulo, Brasil; Brighton, Inglaterra; y Sídney, Australia.

En Ecuador no hay una base, pero indica que es una comunidad muy fuerte, pues se identifica a los jugadores que ponen la bandera en su espacio virtual y muchos de ellos son ecuatorianos jugando desde el 2005 (cuando Club Pengüin solo estaba disponible en inglés) y que luego el número se fue incrementando cuando en el 2009 se lanzó la versión en español.

Rodrigues comenta que si bien este juego didáctico va dirigido a niños de 6 a 14 años, es en Latinoamérica donde este nicho se amplía. "Hay niños de 3 años que aunque no sepan leer aún, ya están jugando porque saben que si hacen 'clic' en determinada área algo va a pasar". Dice que los papás y abuelos, juegan con otros miembros de su propia familia.

Consciente de que los adultos tienen un mejor criterio que los niños con respecto al mundo digital, afirma que eligió trabajar para estos grupos infantiles porque ellos están desarrollando su personalidad, su manera de convivir, están aprendiendo a tejer los lazos de amistad.

"Estamos justo en la fase de transición", dice Rodrigues. Para él, Club Pengüin es algo que puede ayudar a los padres a que la educación de sus hijos se haga de una manera fluida, que tengan acceso a las ventajas que hay en internet, y al mismo tiempo, que sean precavidos.

Antes de despedirse, el ejecutivo desea decirle a los niños que inviten a sus amigos a crear más 'pingüinos' y jugar juntos.

Otras redes

El año pasado se estrenó en la web Scuttlepad, una red social para niños, dirigida a menores de entre 6 a 12 años. Según su fundador, Chad Perry, el sitio no intenta incorporar añadidos llamativos como juegos o rompecabezas, tal como pasa en redes sociales como Facebook o Myspace, sino que sirve como terreno de aprendizaje. Además, solo muestra información básica.

Otra alternativa en mundos virtuales para niños es BoomBang, en la que ellos podrán chatear, jugar y compartir gustos e intereses en común con otros usuarios.