AGENCIAS
DEAUVILLE, Francia.- La confirmación visual del embarazo de Carla Bruni resultó ser una de las noticias más comentadas de la cumbre del G-8, desarrollada el jueves y viernes pasados, pese a los esfuerzos de su esposo, Nicolás Sarkozy, para eludir las preguntas que le hicieron sobre el tema, incluidas las referentes al sexo del bebé.

"La felicito por ser italiana", dijo enigmáticamente el presidente francés a la periodista que le preguntó si esperaban niño o niña, durante la rueda de prensa final del encuentro de los jefes de Estado o de gobierno de los siete países más industrializados y Rusia.

Publicidad

No le convenció el argumento de que los italianos están expectantes por saber más sobre el estado de su compatriota y primera dama de Francia.

La aparición del jueves de Bruni con un vestido holgado, y sus gestos señalando y acariciándose la barriga mientras conversaba con otras primeras damas y con la canciller alemana, Ángela Merkel, presentes en la cumbre, dejaron pocas dudas sobre su estado, aunque la noticia no ha sido confirmada oficialmente.

Publicidad

En esa cita, la exmodelo y cantautora italiana nacionalizada francesa mostró tímidamente su discreta panza, en la entrada de la Villa Strassburger, una joya de la arquitectura de la Belle Epoque en Deauville.

Ante camarógrafos y fotógrafos apostados frente a ese edificio, construido en 1907 por Henri de Rothschild, y sin decir una palabra, Bruni, tercera esposa del presidente Sarkozy, con quien se casó en febrero del 2008, confirmó un secreto a voces desde varias semanas.

Las imágenes de Bruni ratificaron lo expresado por su suegro, Pal Sarkozy, quien el 17 de mayo pasado contó al diario alemán Bild que se alegraba "por la llegada de (mi) nieto".