Si la actividad sexual está en tu mente y tus recuerdos todos los días, si mientras estás en el trabajo solo piensas en tener un encuentro carnal intenso, si luego de tener sexo siempre te quedas insatisfecha, es que tu problema tiene nombre y apellido: adicción sexual, que aplicado a la mujer se denomina ninfomanía.
La adicción al sexo es una de las dependencias menos conocidas y visibles, puesto que las personas que lo padecen lo mantienen oculto y lo disimulan.
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Se estima que hasta el 6% de la población lo padece y solo el 2% de los afectados son mujeres, explica el sexólogo argentino Ezequiel López Peralta.
Los adictos al sexo tienen problemas laborales, familiares, económicos y sociales por su adicción, debido a su comportamiento sexual siempre impetuoso e insaciable.
“La adicción sexual es la falta de control del impulso sexual, y no solo que tienen mucho deseo siempre, sino que no son capaces de elegir cuándo tienen relaciones sexuales, por lo general esta condición los lleva a ser infieles porque no hay pareja que acompañe en este ritmo”, asegura López.
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Al permanecer todo el día pensando en sexo no pueden ser productivos, no pueden trabajar, el impulso sexual domina la mente. El experto afirma que los tratamientos son bastante complejos porque hay que trabajar con el psiquiatra, psicólogo clínico, terapeuta de parejas, no puede tomarlo solamente el psicólogo. Es una intervención multidisciplinaria.
El neuropsicólogo Eduardo Santillán Sosa, especializado en afectividad crítica y terapeuta de parejas manifiesta que la ninfomanía se trata del apetito sexual extremo en la mujer, aunque el límite de lo que es normal no se ha precisado notoriamente, sin embargo se constituye en una patología de orden sexual cuando las preocupaciones e inquietudes sexuales tienden a dominar el pensamiento consciente, incluso después de que el acto sexual ha sido ejecutado.
Y si el sexo tiene una influencia tan imperiosa obstruye el normal desarrollo de otros aspectos de la vida cotidiana de la mujer.
“De similar forma en que los comedores compulsivos ingieren excesiva cantidad de alimentos sin sentirse saturados, quien sufre ninfomanía se siente impelida por irrefrenables impulsos que las predispone a tener relaciones sexuales con cualquier persona sin importarles si carece de atractivo y en algunos casos hasta de higiene”, menciona Santillán.
Las afectadas reconocen que su comportamiento es inaceptable, sumado a la dificultad de controlar su avidez erótica deriva en disminución de autoestima, sentimiento de culpa y amargura, así como en estados psicológicos que las conducen a establecer nuevas aventuras sexuales para tratar de escapar de su realidad.
Una significativa proporción de mujeres que sufre este trastorno también llamado ‘hipersexualidad de origen psicogénica’ se encuentra afectada de desequilibrio en su carácter y poseen una personalidad neurótica, derivada de haber recibido educación estricta, rígida y represiva, incluso violaciones y maltrato físico.
Muchas dicen que solo a través del contacto físico es posible sentirse amadas; el intento de buscar cariño deja a la persona cada vez con mayor insatisfacción y con superior necesidad de colmar sus vacíos emocionales.
En dicho estado las pacientes no tienen responsabilidad de los actos sexuales que cometen, aunque pueden estar completamente conscientes.
En el acto sexual de la ninfómana están presentes frecuentemente síntomas como inconformidad general con la vida, inquietud y concentración alterada.
Quien padece de ninfomanía debe aceptarlo y buscar ayuda especializada, se ha comprobado que el trastorno es curable si hay un tratamiento exhaustivo.