QUITO
.- Un frustrado asalto protagonizaron tres presuntos delincuentes la madrugada de ayer cuando intentaron asaltar a un grupo de padres de familia, pero uno de ellos, quien al parecer es policía, repelió el ataque con su arma de dotación.

El hecho se registró a las 06:30 en momentos en que decenas de padres e hijos hacían fila a la espera de conseguir una matrícula en el colegio femenino Eugenio Espejo, ubicado en el centro norte de la capital.

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Versiones de testigos señalan que al sitio llegaron tres sujetos armados, uno se bajó de un vehículo y los otros llegaron desde la esquina y a la voz de "esto es un asalto" les pidieron entregar sus pertenencias (dinero, celulares, carteras, relojes, etc.).

Sin embargo, entre quienes hacían fila se encontraba un policía, quien también buscaba un cupo para su hija en ese establecimiento educativo.

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Al escuchar las amenazas de los supuestos asaltantes, el gendarme los enfrentó con su arma de dotación, lo que provocó la huida de los antisociales, uno de los cuales fue alcanzado por una bala en la pierna, mientras que los otros dos compinches lograron fugar del sitio.

Padres con sus hijos y moradores del sector buscaron refugio para evitar ser alcanzados por alguna de las balas.

Posteriormente llegaron patrullas policiales y realizaron un operativo por la zona para detener a los asaltantes, pero sin resultados positivos hasta el cierre de la edición.

El delincuente herido fue detenido por el populacho y trasladado a un hospital del sector, donde al momento se recupera y permanece bajo la vigilancia de uniformados.

La situación fue aprovechada por los padres de familia que se quejaron que los planteles educativos no les dan ninguna facilidad para que ellos puedan permanecer con algo de seguridad en sus instalaciones.

Reiteraron que en la mayoría de los casos las filas para las inscripciones en los colegios de la capital se realizan en las calles, durante la noche y madrugada, sin tomar en cuenta el frío, el sol, la lluvia o el peligro que corren por la presencia de malandrines, como en el caso de ayer que no pierden ocasión para cometer sus fechorías.