Era la década del sesenta, Eva Ayllón tenía 11 años y su sueño era ser parte del programa televisivo peruano El Tío Johnny. Participó en un concurso que convocaron para ello. Figuraba como una de las más talentosas, pero finalmente no fue escogida. ¿La razón? Era negra. Ella no encajaba en los cánones televisivos. Los niños seleccionados fueron blancos, de pelo rubio. Eva lloró mucho. Le dolió en el alma.