El ambiente sigue siendo familiar, no solo por la calidez de su decoración, sino por los platos de la gastronomía italiana que allí se ofrecen, pero en la Trattoria de Enrico se han dado algunos cambios.

Uno de ellos es su nombre. Ahora el restaurante, ubicado en Urdesa, se llama Trattoria Piccolo Mondo y, aunque conserva su tradición lograda en 34 años de servicio, su imagen ha empezado a renovarse. “Tenemos un nuevo logotipo, carta y decoración”, explica Renata Carló, quien es una de las administradoras del lugar.

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Agrega que este ha sido dividido en seis áreas principales: Famiglia, inspirada en un ambiente familiar lejos de casa; “Grotta, que cuenta con la inspiración de la famosa Grotta Azzurra Isola di Capri; Bufatta, un sitio propicio para las reuniones más numerosas; Mafiosa, dedicada para quienes buscan privacidad al estilo Al Capone”, anota Carló con buen humor y sin dejar de estar atenta a las solicitudes de los clientes.

A la otra área del establecimiento se la ha denominado Giuletta & Romeo, pues es un poco más íntima y romántica, “y nos recuerda a las clásicas historias de amor”.

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Le sigue Piccola Venezia, área que tiene como techo un gran acuario que por años ha caracterizado al restaurante. Para conservarlo, acota Carló, han hecho uso de la tecnología para que su iluminación permita apreciar con mayor definición los peces de colores que allí están depositados.

En cuanto a su carta de menú, la Trattoria Piccolo Mondo ­que significa pequeño mundo­ combina en la gastronomía tradicional italiana, como lasagnas, pizzas, spagghetti en salsa carbonara, con platos característicos convertidos en especialidad. Entre otros, el carpaccio di pólipo compuesto por finas láminas de pulpo en aceite de oliva, sal y pimienta; el ravioli di mari, que es una pasta rellena de mariscos como jaiba, camarón, langosta, pescado y que al momento de servir se acompaña con una deliciosa crema de salmón; y la torta de la casa, que es una exquisita variación del tradicional tiramisú.