Próximos a cumplir 30 años como colegio fiscal Palestina, en los rostros de alumnos y docentes se ve reflejada la alegría por haber sido declarado un colegio categoría A en la provincia del Guayas, y por estar en el puesto 27 a nivel nacional, al que llegaron, según sus autoridades, después de un largo esfuerzo, dedicación y entrega por mejorar la educación, planificación y organización.
El plantel, ubicado a unos tres minutos de la cabecera cantonal, en la vía a Balzar, empezó su cambio en el 2006, con nuevos proyectos y retos, dijo el rector César Arteaga, quien acotó que al inicio tuvo resistencia porque había que dejar atrás varios aspectos tradicionales, como el de recibir casi pura teoría.
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Para ello se centraron en dos metas que fueron la modificación del pénsum y planificación, y el control a los estudiantes, que incluía la adaptación a un nuevo horario de clases, que iba de 07:30 a 14:05.
La calificación por materias también varió en el 2006. Desde ahí, para obtener los 20 puntos se debía hacer un trabajo, que se lo desglosaba así: 2 puntos por la preparación del tema; 2 por la calidad de la presentación; 6 por el desarrollo del tema; 2 la puntualidad; 2 por la honestidad y 6 puntos por los contenidos teóricos.
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Si un alumno no cumplía y no alcanzaba a obtener estos puntos y sus notas eran de 13 hacia abajo se le comunicaba al padre de familia, y el estudiante tenía que presentarse a clases tutoriales en la tarde; y luego cumplir con un puntaje máximo de 14 para pasar en la materia.
Cecilia Reyes, vicerrectora del colegio Palestina, enfatizó que para alcanzar dicho logro tuvieron que hacer 35 proyectos, conocidos como descriptores, en un lapso de tres años.
Entre los proyectos exitosos está la elaboración de desinfectantes, que les enseñó el profesor de Química y Biología, Armando Lamilla, y que en la actualidad los venden a los padres a $ 1 la poma y que esperan ofrecerlos a la comunidad.
Otro proyecto fue crear un ciber en el plantel, que le permitió a los alumnos realizar las investigaciones en el mismo sitio. Esto fue factible para el alumnado, puesto que el 50% viene del área rural y se les hace difícil salir a investigar.
También visitaron los planteles tradicionales de otros sectores para pedir asesoramiento en algunas materias. Y pese a que han ganado la categoría A aún carecen de bancas unipersonales, de computadoras, del cerramiento perimetral y del arreglo de aulas y baños.