El cantaor español Diego el Cigala le pone ritmo a cada historia que cuenta. Cada anécdota la complementa con una canción y cada broma la festeja con un aplauso, al que da un toque flamenco de forma inconsciente porque está en su ser.
Durante una charla con varios medios de comunicación, realizada el martes pasado en el Hotel Marriott de Quito, el intérprete contó cómo se forjó su última producción Cigala & Tango pero además hizo un recorrido por temas como el arte de Pablo Picasso y la poesía de Federico García Lorca, su incursión en el mundo del cine y hasta se refirió a los intentos de prohibir las corridas de toros.
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“El primer tema que empecé a ensayar para el disco de tangos fue Garganta con Arena. Fue un reto porque a pesar de ser una canción compuesta hace unos diez años por Cacho Castaña, suena como si fuera de la década de 1920. Es una responsabilidad gorda”, dice mientras muestra su sonrisa amplia.
El primer encuentro de El Cigala con la música porteña argentina se dio gracias a su tío, el también cantaor Rafael Fariña, hace cuatro décadas. Pero la idea de cantar tangos nació en una visita a Buenos Aires, hace cuatro años, cuando le obsequiaron toda una antología de Carlos Gardel.
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“Cuando me presenté en la catedral del tango tuve mucho miedo, especialmente al cantar Youkali”, dice Diego sin recelos al recordar el concierto que dio el 29 de abril del 2010 en el Gran Rex de Buenos Aires, con un lleno completo.
Prefiere decir que el tango y la música flamenca en su disco se entrecruzan y no se fusionan. Esta última palabra le parece “fea” cuando de música se trata. Reconoce abiertamente que cuando algo no entiende a profundidad no duda en dejarse llevar por los que saben del tema, en esta ocasión acudió a músicos de la talla de Néstor Marconi y Andrés Calamaro.
¿Por qué ha experimentado con otros géneros como el bolero y el tango? La respuesta es sencilla. Dice: “Soy muy inquieto y revoltoso, pero muy respetuoso con la música. Si no hago cosas diferentes me aburro”, y suelta una primicia: “Acabo de grabar un canción con Óscar de León, que estará en mi siguiente disco”.
Se pone serio cuando se le habla de las prohibiciones a las corridas de toros. No concibe la música flamenca sin la fiesta brava. “Hace poco, en Barcelona, pasé por una plaza de toros que ahora es un centro comercial. Sentí ganas de llorar. Con mucho respeto, no comparto las prohibiciones”, explica.
El encuentro con El Cigala termina casi a la hora y media. Para entonces, con su carisma, se ha encargado de despejar todo ambiente de formalismos.
No corre a su habitación y, más bien, sigue dialogando con la gente a la que tiene cosas que contar. Está abierto a fotografiarse y firmar autógrafos, a los que adorna con dibujos de su propio rostro o de una guitarra flamenca “a lo Picasso”, asegura y vuelve a reír a carcajadas.
Apuntes
El concierto de El Cigala es hoy en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura, en Quito, a partir de las 20:30.
En su repertorio, el español incluirá temas de su último álbum, Cigala & Tango, pero además interpretará canciones de sus otras tres producciones musicales.