Patricia Villarruel
MADRID
.- Apenas se enteró de los cambios que planteaba la nueva ortografía, José Emilio Pacheco, poeta mexicano y Premio Cervantes, advirtió que los académicos habían "creado un problema innecesario". El escritor Javier Marías y miembro de la Real Academia Española (RAE), fue más contundente: "Voy a seguir escribiendo como me apetezca", declaró. Salvador Gutiérrez Ordóñez, coordinador del equipo que redactó la obra (el mismo grupo que elaboró el Diccionario Panhispánico de Dudas), confiesa en entrevista con EL UNIVERSO, que aún le cuesta comprender muchas de las críticas vertidas. El único propósito que persigue la publicación es "custodiar en armónica alianza el sagrado cofre de la norma". Una ortografía que, en definitiva, no deje "ángulos muertos y espacios abiertos a la duda y a la incertidumbre". Un "canto a la unidad" del idioma.