Pasar de la vida de soltero a la de casado es un trance que lleva consigo inmensos cambios en las parejas, así que debes buscar la manera de acoplarte lo mejor posible a tu pareja.
Después de la luna de miel todo cambia. Ya la vida se comparte con la persona que elegiste para pasar el resto de la vida. Por ello se debe hacer un gran esfuerzo para fortalecer el matrimonio en esos primeros años y cimentar unas bases sólidas que sostengan los torbellinos del futuro.
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La consejera familiar Carmen Salguero indicó que así haya existido un noviazgo serio y duradero, la convivencia trae consigo algunas sorpresas que durante la relación previa no habían aparecido.
“En la convivencia salen a relucir los defectos, celos, incomprensiones. Para combatir estos problemas que a veces llevan a conflictos matrimoniales”, recalcó.
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Para evitar las discusiones tiene que fortalecerse algunos valores, como la paciencia, la solidaridad, el servicio, la flexibilidad, la tolerancia, la laboriosidad, entre otros.
Tomar en cuenta
La especialista recomienda que desde un principio se deben establecer normas de convivencia que evitarán aprietos en los próximos años. Hablar con sinceridad y establecer acuerdos mutuos ayudarán a sobrellevar los pequeños conflictos de la mejor manera.
Atrás se quedó la comodidad de la casa paterna en donde mamá solía ayudar a mantener todo en orden, ahora las labores domésticas deberán ser repartidas entre los dos y buscar un equilibrio para evitar la sobrecarga de tareas.
El manejo del dinero, la familia política, la sexualidad y los planes futuros como los hijos, deben tratarse con mucha cautela y desde los inicios del matrimonio. Son temas que causan controversia.