La melodía del piano enganchó a Yarik Panko cuando tenía 5 años de edad. Este pequeño se inmiscuyó en el mundo musical al ver tocar el instrumento percutivo a su madre, Noreia Mueckay Carlier. “Quiero ser un gran pianista, por favor, quiero estudiar piano”, fueron las palabras que, según el menor, pronunció a sus padres para abrirse paso en este arte.
“Mi hijo me escuchaba tocar el piano y él se acercaba a ver lo que hacía. Él trataba de tocar conmigo, de llevar el mismo ritmo, la melodía”, recuerda Mueckay, quien afirma que su pequeño artista “es poseedor de un gran talento y disciplina”.
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Comenta que el niño es ecuatoriano, pero poco después de nacer, la familia decidió irse a residir en EE.UU., por motivos profesionales.
Musicalmente, ahí Yarik se inició en el piano y ofreció varios recitales y conciertos. Entre los escenarios consta el Weill Hall del Carnegie Hall de Nueva York, donde en abril del 2009 recibió una de las cuatro medallas de oro internacionales que ha conseguido.
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En esa ocasión, Yarik también fue reconocido con el Certificado de Artista Laureado Internacional, en la competencia de piano Pasión por la Música.
Ahora el pequeño pianista está en Guayaquil. Mañana se prevé que ofrezca un concierto íntimo en un conservatorio local, como parte de las actividades del colegio donde se educa desde julio pasado, el Alemán Humboldt. No obstante, también está contemplado que Yarik brinde conciertos públicos por la época navideña, e incluso se organiza para enero un show musical en el Teatro Centro de Arte, según Mueckay.
Yarik, admirador del pianista ruso Evgeny Kissin, destaca que a través de la música quiere hacer obras sociales. “Yo quiero que mi futuro sea tocar para ayudar a la gente, crear fondos para personas que lo necesiten, como quienes sufren enfermedades o personas sin hogar”, indica el pequeño trilingüe, que domina el español, inglés y ruso. Ahora aprende el alemán en su nueva escuela.
“Me da mucha alegría ver que Yarik es un niño muy sensible. Aparte de que tiene su talento, él es un niño que está pendiente de cómo ayudar con la música a los niños que tienen necesidades”, manifiesta su madre.
Según Mueckay, también pianista, el niño ha aportado a varias organizaciones de EE.UU., entre ellas, a la American Cancer Sociality, que para apoyarla donó fondos de conciertos que él ofreció en ese país norteño.
Con el primer disco del menor, titulado My First Music Treasure, también ha recaudado fondos para ayudar, según su madre, a asociaciones de niños con leucemia o con síndrome de Down. “Él es un gran corazón”, manifiesta emocionada.
Yarik cuenta que en el mismo Carnegie Hall de Nueva York fue parte del concierto más especial de su vida. Fue el The Equator Across, The Big Apple, en el que participó con los connacionales Jorge Saade, violinista, y Julio Almeida, guitarrista; junto a su padre (el violinista ruso Irakli Panko) y madre.
“Fue estupendo. (Saade y Almeida) Son superbuenos, tocan muy bien. Me sentí muy alegre porque estuve con estos maestros”, manifiesta.
Entre los demás escenarios que Yarik ha pisado constan el Kauffman Center, el Queens Theater in the Park, el Ann Goodan Recital Hall, de Nueva York; y la Embajada del Ecuador en Washington.
Apuntes
Mañana, a las 19:00, Yarik Panko ofrecerá un concierto junto con Jorge Saade y su madre, en el conservatorio Rimsky Korsakov. La entrada será con invitación.
Además de las 4 medallas de oro internacionales que ha logrado, Yarik tiene una de plata y seis medallas de oro en competencias de Nueva York, EE.UU.
Entre los pasatiempos de Yarik está la lectura. Ha leído la saga de Harry Potter, las comedias de Shakespeare y títulos de Julio Verne.