“Me gustaría mirarme en el espejo de los misterios y nunca envejecer, / me gustaría sentir de nuevo, / sentir de nuevo el soplo divino de Dios, / volver a nacer en un amanecer, / en un atardecer, / en un anochecer de un mundo mejor...”. Este es un fragmento del poema que declamó ayer Tito Cerda Llona, al culminar el Memorial Público de Conciencia 15-N-1922: en memoria de una masacre, cuya segunda parte se desarrolló en la plataforma del Centro Cultural Libertador Simón Bolívar.