Necesito de ti fue la primera canción que interpretó el cantautor argentino-venezolano Ricardo Montaner, el pasado sábado, en la tarima de la Feria de Durán.

De negro y con una amplia sonrisa que mantuvo durante todo el concierto, Montaner pasó a interpretar Las cosas son como son. Pero los primeros coros del público que resonaron con fuerza, fueron en la canción Cuando a mi lado estás, complementados con la voz del artista, que se mantiene intacta, a pesar del paso de los años.

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Paseándose por el escenario y acercándose a la gente que no paró de fotografiarlo, entonó Todo, para luego repasar uno de sus clásicos: Tan enamorados.

Montaner, que hasta ese momento no había dialogado con el público, hizo una pausa en su música y dijo: “Buenas noches Guayaquil”, a lo que siguió un estallido de aplausos. Recordó con nostalgia, según expresó, cuando llegó a la ciudad por primera vez, hace 22 años y que entonces tuvo una de las mejores tardes de su vida, porque fue en Guayaquil donde empezó “su sueño de artista”.

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Sentado en una silla y sacándose el blazer, el cantautor interpretó Será, seguido de Castillo azul. Nuevamente hizo una pausa e interpretó Ojos negros, una canción que según contó, fue una de las primeras en sonar en esta ciudad.

El ambiente era romántico, pero el cantante, con un chasquido de sus dedos animó a su orquesta y a los asistentes a bailar un “merenguito”, en honor a los 190 años de la Independencia de Guayaquil.

Para un poco fue el siguiente tema, con el que se iría para cambiarse su camisa blanca por una negra y volver al escenario con una República de la alegría, mientras juegos pirotécnicos iluminaban el cielo. El son tropical continuó con Cachita, que hizo poner a muchos de pie y a los que estaban cerca del escenario, a bailar con sus parejas o solos, tomándose una cerveza.

La siguiente canción, Soy feliz, con la que Montaner aprovechó para bromear sobre situaciones cotidianas, cerró el movido repertorio.

El romance retornó a la velada con Tanto, tanto y con Déjame llorar. Pero fue Me va a extrañar, la canción más entonada de la noche y en la que una fan aprovechó para subirse al escenario y abrazar al músico, quien le correspondió y le permitió quedarse junto con su orquesta mientras él entonaba su tema.

Después de salir por un corto lapso del proscenio, subió nuevamente, más informal, con un buzo negro y un jean, acompañado de su guitarra. Así presentó su nuevo tema, El centro de la Tierra, que lo cantó a dúo con su hijo Ricky, el guitarrista de su banda.

Varias parejas siguieron luego al pie de la letra el tema Bésame, no solo con el canto, sino con demostraciones de afecto. Montaner, quien dijo posteriormente que lo más importante era la familia, llevó al público a La cima del cielo. Uno de los asistentes le lanzó entonces una bandera con la leyenda: “Ricardo Montaner, soldado de Cristo”, la que el artista mostró al público, mientras cantaba.

Entre serpentinas, humo y papel picado, el cantautor repitió el tema Soy feliz, con el que finalizó el concierto y se despidió del público. La gente pedía “otra, otra”, pero Montaner no volvió. Algunos temas quedaron pendientes, pero la experiencia en los escenarios y el carisma del argentino-venezolano los compensaron, concordaron varios espectadores.

Datos

Localidades. El público llenó las plazas de general y sillas. Parte de la tribuna lució vacía.

Famosos. Entre los asistentes estuvieron Carolina Jaume, Vito Muñoz, Martín Calle y el actor venezolano Carlos Haydon, quien se tomó fotos con varias fans que se le acercaron antes del concierto.