¡Kiko!, ¡Kiko!, gritaban los niños y adultos que asistieron el pasado fin de semana a las funciones que el actor Carlos Villagrán ofreció en el Circo Internacional Kiko, ubicado en la cdla. La Garzota, junto al antiguo comisariato Santa Isabel.

Con una mezcla de episodios del programa humorístico mexicano Chavo del 8, que tuvo su época de mayor éxito en los años setenta, Villagrán hizo reír al público.

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Vestido con su clásico traje negro de marinero (con pantalón hasta las rodillas), las piernas torcidas, y menos cachetes que hace 37 años cuando participó en la serie, Kiko se presentó ante un público, entre los que estaban adultos que hasta se sabían de memoria lo que él iba a decir.

“He escuchado estos chistes cientos de veces, pero me río como si fuera la primera vez que los oyera, además me remonto a mi infancia”, señaló Miguel Santos, de 40 años.

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Quienes se divirtieron fueron los niños, sus risas inundaban la carpa y también sus gritos de ¡Kiko!, ¡Kiko!, cada vez que el artista agrandaba sus ojos y decía “Me doy”, “Chusma, chus”, o “No me simpatizas”.

En el escenario Kiko rememoró el episodio donde Don Ramón (encarnado en el Chavo por Ramón Valdez), le enseña a tocar la guitarra. Durante la enseñanza, Don Ramón (esta vez es personificado por otro actor) le pide que haga una serie de pasos y le dice “Kiko, dame tu prima” (nota), a lo que él le responde “Entonces usted deme a su hermana”, creyendo que este le hablaba de la hija de su tía.

Durante la noche Kiko se lamentó de no estar acompañado de su mamá Florinda y de su papi el maestro Jirafales que eran parte del elenco de Chavo del 8. Para llenar esta ausencia pidió a un papá y una mamá del público que lo acompañaran.

Después de sobarle a cada uno la punta de la nariz con su dedo índice, al tiempo que les decía su clásico “Anda, di que sí”, los invitó a bailar Street Brasil, de Calle 8.

En esta parte Kiko demostró sus dotes de bailarín y ello causó mayor hilaridad entre los asistentes. Después, el personaje se quitó su colorida gorra de marinero y se convirtió en Carlos Villagrán.

Con el rostro serio y despojado de Kiko, Villagrán (de 66 años) agradeció al público por haberlo seguido durante 37 años. “Querida gente de Ecuador, vine acá a agradecerles por haberme dejado todos estos años meterme en sus casas. Por darle de comer a mis hijos”.

Después abandonó el escenario y detrás de las cortinas se quedó esperando a las personas del público que habían comprado un boleto (costaba $ 20) para tomarse una foto con él y llevársela de recuerdo a su casa.

El Circo Internacional de Kiko, que ofrecerá funciones hasta el próximo domingo, también pone en escena a malabaristas, payasos y contorsionista. De lunes a viernes las funciones son a las 20:30, sábado y domingo 16:30, 18:30 y 20:30.