Policías que integran la escolta legislativa –que solo días antes frenaron las marchas contra la Asamblea– ayer se pasaron al otro lado, el de las protestas, y para impedir el ingreso de los legisladores –sobre todo– de Gobierno no les importó dar golpes, insultos y usar bombas lacrimógenas y motocicletas en las puertas de entrada de la Asamblea Nacional.