Nuestra bella ciudad de Ibarra (provincia de Imbabura) está hoy de fiesta, celebra sus 404 años de fundación.

Paisajes maravillosos, laboriosas artesanías, una gama de delicias culinarias y la amabilidad de su gente ofrece esta ciudad hospitalaria.

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Hay ibarreños como yo que queremos y agradecemos también a otra ciudad, Guayaquil, la gran urbe costeña, porque sus medios de prensa se hacen eco en notas de saludo a nuestra noble y amada Ibarra; tierra blanca, de barro cal, de real heredad, castiza y señorial; de nostalgia y poesía, de relatos, leyendas, calles estrechas que recorrer ansía el migrante ausente que partió a otros vientos.

Nuestra tierra andina, de valles, montañas, praderas y caminos; volcanes, arroyos azulados, vertientes serenas; de campos y flores, de ceibos, buganvillas; Ibarra altiva forjó ya su destino.

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José Rosales Rivadeneira,
Ibarra