EFE
Madrid.- Los 90 años de historia del fabricante automovilístico japonés Mazda
tienen como punto de inflexión aquel 6 de agosto de 1945, en que el
bombardero B29, el "Enola Gay", arrojó en Hiroshima, su sede
empresarial, la primera bomba atómica de la historia sobre una
población civil.

Con aquel acto bélico y las cerca de 200 mil
víctimas mortales provocadas se abrió paso lo que muchos historiadores
configuraron como era atómica y su asociación con el llamado equilibrio
del terror, que marcó los contrapesos de influencias de la guerra fría
entre las dos potencias nucleares del momento, EEUU y la URSS.

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En
la intrahistoria de Hiroshima se cuenta que los supervivientes de la
hecatombe se refugiaron en una estación de ferrocarril de la periferia
y, superado el primer shock de la devastación, se impregnaron de un
espíritu de superación que en la terminología nipona se denominó
"mukainada".

La fuerza de ese ánimo tuvo traducción en el
fabricante de pequeños vehículos comerciales, hoy conocido como Mazda,
pero que en 1945 acotaba su objeto social en la empresa llamada Toyo
Cork Kogyo Co, cuya sede empresarial estaba en la propia Hiroshima.

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Esa
rebeldía interior fructificó en una vuelta a la actividad de la planta,
sólo cuatro días después del apocalíptico hongo generado por el
artefacto "Little Boy"; y en cuatro meses, fueron capaces de sacar el
primer vehículo de su cadena de montaje.

Mazda celebra por estas
fechas su 90 aniversario y, con esa edad de abuelo, presume de su
heroica batalla en el momento más difícil del orgulloso Imperio del Sol
Naciente.

Mazda, o mejor Toyo Cork Kogyo Corera, de 1920 a 1930,
un productor de corcho radicado en Hiroshima, propiedad de un
emprendedor llamado Jujiro Matsuda que, tras un viaje por Europa, se
impregnó de los adelantos industriales de occidente y diversificó la
actividad hacia la producción de pequeños vehículos comerciales de tres
ruedas que, desde el principio, se identificaron con la denominación de
marca actual.

De este modo, en 1931, las nuevas inquietudes de
Matsuda se concretaron en el primer vehículo: el Mazda-Go, una especie
del motocarro que tan famoso se hizo en la España de la posguerra, como
medio de reparto de mercancías y otros portes en el ámbito urbano.

Hasta
1960, Mazda no produce su primer vehículo considerado como turismo. Fue
el R360, un coupe que se jactaba de ser el primer coche nipón con caja
de cambios automática y motor de cuatro tiempos. Fue un éxito, pues
vendió 23.500 unidades el primer año y ocupó una cuota en su segmento
del 65%.

La ofensiva comercial de Mazda dio pronto sus frutos,
pues en 1963 podía presentar en sus estadísticas el logro de su primer
millón de unidades vendidas.

Mazda ha unido a su faceta productiva
una continua inquietud por la innovación tecnológica y los pasos en ese
campo se inician en 1961 con la presentación de la patente del primer
motor rotativo de la historia.

El modelo RX7 es el primero en equipar
este ingenio y con él consigue medio millón de unidades vendidas. Las
investigaciones hoy en este motor, recuperado hace unos pocos años con
el RX8, se desarrollan hacia las variantes de hidrógeno.

De los
dígitos anuales, Mazda tiene tres referencias indiscutibles: --1984.-
Toyo Cork Kogyo Co. abandona su denominación y pasa a identificarse
como Mazda Motor Corp. La imagen de marca recibe su definitivo
asentamiento.

--1989.-
Lanzamiento de su gran "mito" en los mercados, el MX-5, el roadster más
vendido en el mundo con 900.000 unidades y hoy todavía santo y seña de
los muchos aficionados a la conducción deportiva que hizo escuela en
las décadas de los años 50 y 60. Partió de una concepción en su centro
de diseño de California ocho años antes.

--1991.- Victoria con un
prototipo de la marca en las 24 Horas de Le Mans. Su primera y única
presencia en la mítica carrera de resistencia. Al año siguiente el
reglamento interno de la prueba prohibió la competición con motores que
no fueran de cilindros.

Aquella filosofía "Mukainada" de los días
más duros de Hiroshima dio su frutos. Quizás sea por eso que la Mazda
actual busca terminologías impactantes que expresen estados de ánimo.

La marca japonesa define hoy ese "zoom-zoom" característico de sus
campañas comerciales como "emoción por el movimiento". Añade otro,
referido a su diseños, "Kodo" o "alma del movimiento". A su centenario,
con sólo una década por delante, seguro, no le faltará su referencia,
posiblemente alusiva al movimiento.