El Presidente aspira a que los medios de comunicación no tengan afán de lucro, pero unos pocos meses atrás el régimen supuestamente inició la venta de TC al sector privado. La pregunta es: ¿Acaso alguien invertirá dinero en ese canal si desde ya sabe que no podrá obtener una ganancia legítima y razonable?

Asimismo, en estos días la propaganda oficial promueve que los trabajadores de las empresas incautadas (entre esas TC) se conviertan en accionistas con el 30% de su propiedad. ¿Pero qué obrero o empleado se despojará de sus ahorros sin recibir una utilidad a cambio?

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Podríamos añadir aun otra pregunta: ¿Cuántos inversionistas querrán arriesgar su dinero en medios de comunicación luego de que la propuesta del Presidente se vuelva realidad? Solo uno, el Estado, y entonces el público solo tendrá acceso a la interpretación del Gobierno sobre los grandes acontecimientos nacionales. Sobrevivirán apenas algunas pequeñas empresas de información locales, sin capacidad para competir con el monstruo mediático oficial, que se habrá agigantado como nunca.