Son amigos desde hace 12 años y esta noche prevén compartir nuevamente el escenario, como lo han hecho en los festivales y giras musicales desarrollados en países como Panamá, Costa Rica, Guatemala, Colombia y Cuba. Estos han sido de boleros, género que distingue a la ecuatoriana Mireya Levi y al cubano Edmundo Mundito González.
La presentación se denomina Una noche de boleros y tendrá lugar, a las 21:00, en el Club Biblos (en la vía a Samborondón).
Publicidad
El propósito, cuenta Leví, es abrir un espacio cultural y artístico. “En junio pasado participamos en el festival del bolero que se realiza en Cuba, y como creo que en las nuevas ideas hay que contar con los amigos llamé a Mundito”, anota Leví, quien en Una noche de boleros contará, además, con la artista colombiana Marta Elena Mejía.
“Coincidió que su esposo, el médico bioenergético Arturo O’Byrne, venía a dictar una conferencia. Decidió acompañarlo y compartir esta velada”, expresa Leví, quien conoció a Mejía también en festivales de boleros. “Cantamos en el 2009 y en abril pasado en un show llamado Tres señoras cantantes con Leonor Salas (de Cali)”.
Publicidad
El concierto de esta noche será de boleros, pero también de sorpresas, acota Mundito González sin adelantar detalles. Él tiene 47 años de carrera y aunque revela su gusto por la música latinoamericana (también interpreta valses y pasillos), dice que el bolero lo marcó.
Nacido en Bayamo, tierra que considera llena de historia patria y musical, Mundito González se confiesa “enamorado de la vida, del canto y de las muñecas”.
Debutó en 1963, aunque cantaba desde mucho antes, solo que en radio. Allí, en la cabina, nadie lo veía, pero cierto día debió darle la bienvenida a una compañía de variedades que llegó a Bayamo. La dirigía Enrique Aredondo, quien le pidió que cantara en el escenario. “No podía hacerlo, pero él me dio un empujoncito y dijo que saliera a conquistar al público. Eso es lo que he hecho hasta hoy”.
Mundito González está agradecido por ser profeta en su tierra. Considera que la fama llega inesperadamente y que hay que mantenerse sencillos.
Cuenta que el apelativo es por su nombre, lo cual se ha convertido en una tradición familiar, pues su papá, él, su hijo y nieto se llaman Edmundo. “A mi hijo le decimos Munditín y al suyo Munditico”.
El cubano atribuye la permanencia del bolero a la existencia de enamorados, que difícilmente podrán bailar pegaditos con un reggaetón, acota con buen humor, y asegura no tener temas predilectos. Todos los son, dice, pero admite que Chiquilla y Júrame lo caracterizan.
Con casi cinco décadas de carrera, Mundito González cuenta con solo seis discos, tres de los cuales grabó en Cuba, los otros en Colombia y España.