Por Jorge Barraza (jorge.barraza@conmebol.com).- Recibir en casa al flamante campeón del mundo no es un suceso cotidiano. Uno prepara el mejor plato, arregla hasta el mínimo detalle en el living, el comedor, compra un par de botellas de buen vino, luce sus mejores ropas. Eso hicimos todos.