Si un fuerte desastre natural como un terremoto provocare daños materiales a viviendas, solo un margen reducido de la población de Ecuador tendría la posibilidad de reclamar reparos por las pérdidas.
En el país se calcula que solo del 2% al 3% de las viviendas cuentan con un seguro privado frente a terremotos, erupciones volcánicas y otro tipo de eventos catastróficos. Algunos de estos desastres están contemplados en las pólizas de incendio y, en otros casos, hay que requerirlos.
Las estimaciones efectuadas por aseguradoras tras los movimientos telúricos que han afectado este año a países como Haití y Chile, refieren que si Ecuador afrontare daños de esa magnitud, solo dos o tres de cada 100 viviendas recibirían algún pago al estar aseguradas.
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El fuerte temblor que sacudió a Ecuador el jueves pasado y que alcanzó 7,2 grados en la escala de Richter, provocando alarma en la población, ha motivado que el tema nuevamente se evalúe en el interior del mercado asegurador.
Luis Salas, gerente de la aseguradora Ecuatoriano Suiza, sostiene que la incidencia de las viviendas que cuenta con una cobertura para terremotos aún es baja en el país, si se compara con otro tipo de bienes como vehículos, mercado donde el 30% se calcula que cuenta con un seguro.
Lo inquietante, según Salas, es que la mayor parte de las casas aseguradas no ha surgido por iniciativa de los propietarios, sino como una condición que se debe cumplir como parte de la obtención de un crédito hipotecario. “Gran parte de las viviendas aseguradas está apalancada por el crecimiento de entrega de crédito hipotecarios”, afirma.
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Y dentro de ese esquema no todas las viviendas cuentan con una cobertura total, sino por el monto que cubre el crédito otorgado por un banco.
Datos que manejan otras aseguradoras dan cuenta de que las primas para vivienda, pese a que han tenido crecimientos, aún son bajas.
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El ramo total de incendio (en el que incluyen coberturas por terremotos) tenía hasta marzo pasado el 7,86% de las primas del mercado. Esto equivaldría a $ 25,18 millones sobre un total de $ 320,33 millones de las primas de los seguros. Sin embargo, solo el 10% ($ 2,51 millones) del monto correspondiente a incendios sería de viviendas, según Latina Seguros.
Esta compañía también coincide en señalar que la mayor parte de las viviendas aseguradas proviene de la cartera hipotecaria, cuyo seguro es obligatorio, así como casos de créditos prendarios donde también el sector financiero exige el seguro de las propiedades.
Patricio Salas, director de la Asociación de Compañías de Seguros del Ecuador, explica que la “falta de cultura de seguros” en Ecuador hace que pocos usuarios adquieran este producto que tiene una prima aproximada de 3 dólares por cada mil dólares del precio de la vivienda asegurada, es decir, que por una casa valorada en unos $ 50 mil se puede pagar anualmente $ 150.
Ese valor, según Salas, cubre todos los daños de inmueble a partir del grado 5 de la escala de Mercalli (que evalúa la intensidad de los terremotos a través de los efectos y daños causados a distintas estructuras) que van desde una grieta hasta la destrucción total del inmueble.
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Actualmente, las aseguradoras creen que el mayor porcentaje de los inmuebles asegurados está en las principales ciudades como Guayaquil, Quito y Cuenca.
Eso lo corrobora un estudio de mercado realizado por Seguros Porvenir, que determinó que solo el 30% de las casas de Guayaquil tendrían una protección de este tipo y de esos casos solo el 10% fue comprado por precaución y no como un requisito obligatorio para un crédito hipotecario.
Lupe Velasco, gerenta comercial de seguros generales de Seguros Porvenir, refiere que a partir de los terremotos de Haití y Chile, el 12 de enero y el 27 de febrero, respectivamente, ha aumentado el número de llamadas, pero eso no siempre se traduce en el aumento del número de compradores de este producto.
Un criterio similar tiene Édgar González, ejecutivo de cuenta de Coopseguros, quien señala que actualmente de 5 personas al mes que llaman a cotizar un seguro para su vivienda solo una se decide a adquirir el seguro.
Pese a este comportamiento, Patricio Salas comenta que en el último trimestre las aseguradoras han registrado un aumento en la venta de esos seguros. No obstante, Ecuador aún tiene un amplio margen de viviendas sin cobertura.
El mecanismo para asegurar
1. El costo del seguro de una vivienda puede variar dependiendo de la cobertura. Una póliza de incendio, que puede cubrir terremotos, representará un desembolso mensual de $ 9 a $ 12,10 para una casa de $ 50 mil. Para una de $ 150 mil, el seguro puede costar $ 36,30.
2. De producirse daños por terremoto, la aseguradora procederá a pagar al propietario del inmueble, pero descontará el 2% por concepto de deducible.
3. Las casas que se aseguran deben haber sido levantadas de acuerdo con los códigos de construcción. Si no es así, es posible que no sean sujetas al aseguramiento.
4. El tiempo mínimo para mantener el seguro de una vivienda, por lo general, es por un año.
5. En caso de que un seguro para un casa haya sido adquirido como parte de un requisito de un crédito hipotecario, la cobertura no es total, sino solo por el monto que cubre el préstamo.