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YAKARTA, Indonesia.- Cuando el naturalista británico Alfred Russell Wallace llegó a las selvas de Borneo hace 150 años, una de sus mayores esperanzas era ver orangutanes. Y colmó sus expectativas con creces cuando divisó a los simios alimentándose en las riberas de los ríos, meciéndose entre las ramas y mirándolo absortos desde el momento de su llegada.