“¡Qué hermoso! ¡Qué voces! ¡El cuerpo se me estremece!”. Luis Jiménez susurró estas palabras a su esposa mientras contemplaba el musical Barrios rebeldes. La obra se presentó en la plaza de San Francisco, la noche del sábado, en conmemoración del bicentenario de la masacre de los próceres quiteños, ocurrida el 2 de Agosto de 1810.
La obra, dirigida por Galo Khalifé, cuenta los hechos posteriores al Primer Grito de la Independencia, realizado el 10 de Agosto de 1809.
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Tras ese intento revolucionario, los españoles recuperaron el poder en la figura del Conde Ruiz de Castilla (representado en la obra por el tenor manabita Jorge Cassis). A la par, el pueblo quiteño se reorganizó para seguir con su lucha.
A más de la masacre del 2 de Agosto, en la que fallecieron 300 quiteños, el musical se detiene en otro hecho histórico poco conocido, ocurrido en noviembre de ese mismo año.
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Se trata de la rebelión barrial, que intentó impedir la posesión de un nuevo presidente español, llamado Joaquín de Molina. Ese acontecimiento da su nombre a la obra.
Entre los actores del grupo rebelde destacaron los intérpretes Israel Brito, Lola Guevara, Marisabel Albuja y Diana Cárdenas. Mientras que Sergio Sacoto representó al general del ejército español.
Los revolucionarios quiteños no tienen nombres en la obra. Son personajes anónimos extraídos de la cotidianidad de esa época.
El guión fue preparado de esa forma porque, en consideración de Galo Khalifé, “más allá de los hombres que luego son colocados en columnas, los héroes de la historia en realidad deberían ser colectivos”.
El director apunta que el musical tiene dos objetivos: conmemorar los hechos históricos de 1810 que desencadenaron la Revolución Quiteña; y además, que el espectador “reconozca la capacidad del pueblo de reaccionar ante la injusticia y ante la prepotencia”.
Así lo entendió Luis Jiménez, quien observó el musical junto con su esposa y sus dos hijos (de seis y dos años) sentado en una tribuna dispuesta al filo de la plaza. “Esta obra nos inspira para colaborar en que cambie definitivamente la injusticia y la inequidad”, reflexionó.
Datos
Lírica y plástica: Barrios rebeldes cerró con la interpretación musical del poema Legado, del escritor Jorge Enrique Adoum. La escenografía y el montaje contenían elementos de la obra plástica de Oswaldo Viteri.
Colectivo: En total, participaron 151 personas en escena. Colaboraron La Grupa, los compositores Roberto y Rumiñahui Cachimuel, los actores Marco Bustos y Víctor Hugo Gallegos, el Ballet Nacional de Ecuador, el Coro Pichincha, el taller de artes escénicas Eclipse Solar, entre otros.
Créditos: La dirección escénica y escenográfica estuvo a cargo de María Elena Mexía; la dirección musical, de Christian Mejía, y la dirección coreográfica de Rubén Guarderas.
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