Ya no se puede justificar más lo injustificable. Los cursos de conducción de carros en todo el país enseñan el correcto uso de las luces de un vehículo motorizado.
Sin embargo, todavía sufrimos quienes sí respetamos las leyes la mala conducta y la ignorancia de quienes encienden las luces altas de sus vehículos en plena ciudad y en carreteras con buena iluminación, exponiéndonos a molestias y pudiendo ser incluso causas de accidentes, debido a la ceguera momentánea que provocan estas luces a los conductores de otros carros.
El asunto es tan grave que ahora hasta se ha puesto de moda el uso de las famosas luces de xenón (blancas brillantes), que lejos de evitar accidentes podrían estar causándolos, pues los conductores irresponsables que usan este tipo de luces altas multiplican su efecto segador.
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Pero es cuestión de sentido común: si dentro de la ciudad y en carreteras con buena iluminación se cuenta con suficiente luz para observar a una buena distancia del vehículo, ¿para qué hacer uso de las luces altas? Solamente la ignorancia o la desconsideración al prójimo lo explican.
Pero lo más lamentable es que muchas veces he visto vehículos policiales incumpliendo esta norma, y la CTG (Comisión de Tránsito del Guayas) no detiene ni por lo menos llama la atención a los conductores de vehículos que claramente incumplen esta norma. Ya es hora de que la Comisión de Tránsito tome cartas en el asunto, detenga y multe a los conductores que usen las intensas (luces altas) dentro de la ciudad y en carreteras con buena iluminación. Todo lo que se haga para evitar futuros accidentes y castigar conductas intolerables de personas desadaptadas nunca estará de más.
Daniel A. Mena Muñoz,
ingeniero, Guayaquil