La tarde y noche de ayer, los moradores del Barrio del Centenario, al sur de Guayaquil, no podían salir de la sorpresa que les causó el asesinato del cardiólogo Fausto Patiño Martínez, a quien su hijo lo encontró apuñalado en el baño de su vivienda, ubicada en las calles T. C. Wright 709 y Dolores Sucre.

Una alarma de seguridad de la compañía Prana, instalada en la casa del cardiólogo puso en alerta a los guardias de seguridad de la empresa Mac Security de que algo no andaba bien en la casa del médico.

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Alejandro Cedillo, supervisor de la referida empresa, informó que llegó a las 17h45 a confirmar la alarma y que 20 minutos antes fue comunicado de la novedad.

“Aparentemente no se encontró ningún tipo de forzamiento en la puerta”, informó el capitán de Policía Fredy Galarza.

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Conocida la noticia, llegaron hasta el sitio familiares y amigos de Patiño, entre ellos su primo Jorge Palacios, director de la Unidad de Quemados del hospital Luis Vernaza de Guayaquil.

Al momento de sacar el cadáver, la ambulancia de Medicina Legal se acercó al garaje y fue por ahí donde retiraron el cuerpo de Patiño.

En el domicilio de Patiño, situado sobre la calle Dolores Sucre, funciona un consultorio médico donde atendía Patiño y la Fundación Pro desarrollo Integral Sustentable (Funprodis).

Galarza señaló que el personal de Criminalística asistido por familiares realizaría un inventario para ver si falta algo o encontrar el móvil del crimen.

Un residente del sector cuestionó la ilegalidad de portar armas, mientras que para Moisés Castillo, otro morador del sitio, el problema de la inseguridad responde al bajo número de policías.

“Portar un arma también crea violencia, aquí debería crearse un nuevo sistema de prevención, un mecanismo que sea efectivo, además hay poca gente en la Policía“, señaló Castillo, quien exigió de la Policía más resguardo.