Importaba zapatillas desde Panamá hasta que en enero del 2009 el Gobierno aplicó salvaguardias al producto ($ 10 por cada par), la solución para mantenerse en el negocio fue traer al país piezas extranjeras para venderlas a artesanos locales que se encarguen de armarlas.
Desde este mes, Carlos Ortiz, propietario de Importiz, ubicada en Clemente Ballén y 6 de Marzo, también dejará de comprar esos artículos, pues ahora forman parte de los ítems a los que se les aplicará un arancel mixto para calzado del 10% del valor de la importación, más 6 dólares por cada par.
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Con eso, comenta, tendrá que dedicarse al comercio del producto nacional, pero, recalca, que del ensamblaje resultaban productos de menor costo y más surtido.
Otro perjudicado por el arancel mixto es Álex Kalil, presidente de la Asociación de Importadores y Comerciantes de Guayaquil, quien importaba piezas para ensamblarlas en su taller, pero dejará de hacerlo ante la nueva imposición.
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Comenta que debido a esto ya finalizó el contrato de 10 de sus 18 empleados, pues lo que ahora tiene que pagar por la importación de partes haría que los precios de zapatos se eleven y no sean competitivos en el mercado local.
Kalil importaba desde Panamá y Chile. Este arancel no rige para países con los que Ecuador mantiene acuerdos comerciales como la Comunidad Andina (CAN), el Mercado Común del Sur (Mercosur) y Chile.
Hay artesanos que también se sienten afectados por estas nuevas medidas arancelarias. Ese es el caso de Fabián Mera, productor de Pinllo, parroquia del noroccidente de Ambato, quien antes ensamblaba zapatos deportivos para un almacén que los comercializaba en todo el país, con piezas que esa empresa importaba, pero hace dos semanas le dijeron que iban a terminar los contratos.
La explicación que le dieron fue que terminarían las importaciones de las piezas por el alto costo de los aranceles.
Mera lamenta que debe despedir a las 20 personas que trabajan en su taller y cerrarlo hasta encontrar capital para intentar producir zapatos por su cuenta, pues, dice que en el mercado local no hay grandes productores de los artículos que él necesitaba para armar. Esto especialmente por la falta de infraestructura y técnica.
Ropa
Las prendas de vestir también tienen desde este mes un arancel del 10% de las importaciones y de $ 5,5 en cada kilo. Esta medida afecta a Silvia Jiménez, propietaria del almacén Importadora Hirgilez.
Ella comenta que debe detener sus importaciones y abastecer su tienda de producto nacional para seguir en el negocio. “Comprar así hace que subamos los precios y no se vende nada”, dice Jiménez, quien comenta que hizo sus últimas importaciones desde China a principios de este año, aun con las salvaguardias que se impusieron en enero del 2009 y que se ha ido desgravando (ahora se paga $ 3,6 por el kilo de textiles y $ 3 por par de zapatos).
Por esto, explica, tuvo que subir los precios a los artículos que comercializa, lo que ocasionó baja de clientes y despido de ocho de sus diez empleados.
Según una fuente cercana al Consejo de Comercio Exterior e Inversiones (Comexi), el arancel mixto se impuso para estimular la producción local, además de mejorar los controles de subfacturaciones que se podrían registrar con la aplicación de solo un gravamen.