Raúl Serrano Sánchez está feliz, pero no satisfecho. Sus estudios sobre la obra del novelista guayaquileño Humberto Salvador han llenado sus expectativas, pero considera que todavía queda mucho por descubrir del talento del reconocido escritor. Serrano trabajó un ensayo para la colección Centenarios del Bicentenario. Lo llamó En la ciudad se ha perdido un novelista, parodiando a una de las principales obras de Salvador, titulada En la ciudad se ha perdido una novela.

El trabajo es un ensayo sobre la narrativa de vanguardia de este autor, realizado con el auspicio del Ministerio de Cultura. Serrano afirma que esta investigación le resultó una experiencia muy grata porque Salvador es un escritor que tiene una visión que parte de lo local para llegar a lo universal y aunque han pasado los años su obra “es muy actual, muy moderna”.

Publicidad

Para usted, ¿quién es Humberto Salvador?
Es uno de los grandes escritores de la llamada Generación del 30. Y a pesar de que su obra es muy importante para explicarnos la vanguardia literaria de las décadas del veinte y treinta, cayó en el olvido. En un momento se pensó en un Humberto Salvador como autor de novelas pertenecientes al realismo socialista (tendencia poco o nada cultivada por los del treinta) como Camarada y Trabajadores, pero sucede que es una tendencia en la que Salvador nunca estuvo. Al revisar esos textos uno se da cuenta de que Salvador nunca le puso mayor atención a esa tendencia. Salvador, más bien, escribe lo que Joaquín Gallegos Lara define como realismo integral.

¿Por qué la obra de Humberto Salvador cayó en el olvido?
La crítica de esos momentos le hizo un flaco favor al creer, por ejemplo, que Humberto Salvador era un escritor, que militaba en esta suerte de realismo socialista.

Publicidad

¿Con este trabajo, usted realiza un acto de justicia para Salvador o ubica al escritor en su real contexto?
Trato de que se cumplan ambas cosas. El mayor tributo que se le puede brindar a un autor que uno admira es releyendo sus textos, tratando de descifrarlos y poniéndolos en su real dimensión. Esa es mi propuesta.

¿Qué importancia tiene la obra de Humberto Salvador?
La misma importancia que la tienen todos los autores de la Generación del 30, como Pablo Palacio, Gallegos Lara, Enrique Gil Gilbert, Demetrio Aguilera Malta, José de la Cuadra, Alfredo Pareja Diezcanseco. La importancia de la obra de Salvador está dada por el hecho de que esta obra de vanguardia hoy en día está mereciendo una serie de relecturas y de redescubrimientos. Esto nos permitirá poner en su debido contexto la valía de su obra y los aportes que él hizo a nuestra literatura. Salvador y los otros autores contribuyeron a fundar lo que ahora se conoce como la nueva literatura ecuatoriana.

¿Qué más descubrió con este trabajo?
Que no es verdad aquello de que uno de los mayores exponentes de nuestra vanguardia era el maestro Pablo Palacio, casi en solitario, en una especie de isla. Al leer a Salvador dentro de la propuesta de vanguardia uno descubre que Palacio nunca estuvo solo. Además, me ha permitido definir algunas concepciones que se han manejado respecto de la vanguardia en el Ecuador. Y una de esas es creer que los autores de la Generación del 30 no eran todos de la vanguardia. Y eso me parece que no es exacto, porque cuando uno relee este periodo se concluye que todos esos autores pertenecen a este gran momento de la revuelta vanguardista.

¿Usted le da un rol protagónico a Humberto Salvador en el movimiento vanguardista?
Sin duda, porque lo tiene. No es que se lo doy yo. Lo que realmente se evidencia es que él fue un actor central de ese proceso, en la vanguardia del Ecuador.

¿Cuándo nació en usted esta inquietud de analizar la obra de Salvador?
Ocurrió cuando llegó a mis manos, por esas casualidades de la vida, la obra En la ciudad se ha perdido una novela. Para entonces, yo habitaba en una ciudad (Quito) bastante nueva porque había llegado de El Oro. Descubrir esa novela fue como descubrir un código secreto de una ciudad secreta, que solo Salvador la pudo descifrar. Esta novela es uno de los más hermosos cantos dedicados a Quito. Me sorprendió saber que su autor era un escritor nacido en Guayaquil, que muy pequeñito vino a Quito, donde se formó. Se graduó en la U. Central. Su tesis de grado, titulada ‘Esquema sexual’, se transformó en un texto fundamental. En Chile se publicó en 1933 y tuvo varias ediciones. Fue un libro que se leyó mucho, y en casi toda América Latina.

¿Qué otro mérito de Humberto Salvador le llama la atención?
Que es uno de los primeros escritores o intelectuales en América Latina en introducir los estudios del freudismo. Los historiadores de esta disciplina lo han ratificado. Aprendió inglés por su cuenta para leer a Freud (Sigmund Freud fue médico, filósofo y neurólogo austriaco; nació en 1856 y murió en 1939. Es considerado como el padre del psicoanálisis) porque era la lengua en la que le habían traducido en Europa.

¿Qué otros hallazgos hizo de la obra de Humberto Salvador?
El libro Ajedrez, que lo valoran muy bien, por ejemplo, el maestro Benjamín Carrión y el poeta Jorge Carrera Andrade. En Ajedrez, Salvador plantea toda una propuesta que tiene que ver con la vanguardia de su tiempo en cuanto a recursos narrativos y de temas. La estructura de ese texto no es conservadora. Desde el título es desconcertante: Ajedrez, todo el libro deviene en un juego sangriento de ajedrez.

¿Escribió todo sobre Salvador o quedó algo más?
Creo que no he dicho todo. Aspiro a seguir ahondando en varias facetas de su narrativa. Se debe examinar la obra posterior a la vanguardia, ya que Salvador da inicio a un nuevo periodo de su escritura que tiene que ver con el psicologismo.

¿Qué enseñanza le deja haber hecho este trabajo?
Aprendí que Salvador era un hombre fiel a la literatura, a la palabra, al lenguaje; fue fiel a su pasión de escribir.

El autor
Raúl Serrano nació en Arenillas, El Oro, en 1962. Estudió Comunicación Social en la Universidad Central. Realizó estudios de maestría, mención Literatura Hispanoamericana, en la U. Andina Simón Bolívar. Es autor de varios libros y miembro del Área de Letras de la U. Andina.