Las celebraciones en el calendario son extensas. Día de la Tierra, del Medio Ambiente, del Agua, todas ellas para recordar la importancia de cada uno de estos elementos en la vida de las personas.

El pasado jueves 29 de abril se celebró el Día mundial de los Animales, aquellos seres que brindan un poco de amor y alegría a la existencia de todo ser humano. Varias páginas de internet indican que el origen de esta festividad se remonta a Florencia (Italia) en 1931, en una convención ecologista.

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Otras versiones destacan que en Argentina se la conmemora para rememorar la muerte de Ignacio Lucas Albarracín, uno de los doctores que fundó la Sociedad Protectora de Animales y propulsor de la Ley Nacional para su protección en esa nación sudamericana.

En Ecuador, tres personajes que confiesan adorar a los animales cuentan sus historias junto a sus ‘peludos amigos’ y el cambio que ellos ocasionaron en sus vidas.

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“Él me encontró a mí”
El gusto por los animales en el fotógrafo profesional Joshua Degel se dio desde que era pequeño, cuando junto a su hermano Dries los recogían de las calles, los curaban y protegían.

“Mi hermano Dries fue quien me inculcó el amor a los animales, y aunque vivíamos en un departamento y a mi mamá no le gustaban mucho, siempre los ayudábamos”, dice.

Degel cuenta que su gato Chito, quien ya falleció, fue una de las mascotas que marcaron una diferencia en él, porque mantenían un vínculo muy fuerte entre ambos.

Chito vivió con Degel alrededor de cinco años, desde que tenía seis meses. “Yo no lo encontré a él. Él me encontró a mí,”, recalca.

Fue a través de una amiga que Degel conoció a Chito. “Mi amiga me llamó y me dijo que un gatito había entrado a su oficina. Cuando fui a verlo, él brincó encima de mí y fue como que si hubiera estado esperándome”, agrega.

El gato era –según explica– su asistente en el trabajo. Lo acompañaba en las sesiones fotográficas, paseaba por el estudio y lo llevaba a todas partes.

Actualmente tiene 20 gatos y 3 perros en su casa, y afirma que la mayor enseñanza que le dejó Chito fue el amor por estos “maravillosos seres y el respeto a la vida”.

Confiesa, además, que fue vegetariano durante diez años y aunque dejó de serlo por un tiempo decidió retomar su dieta. “Lo decidí como una manera de demostrarles mi amor a los animales. Me ha costado un poco, pero me ha gustado volver”, puntualiza.