Patricia Villarruel
MADRID.- David Grossman (Jerusalén, 1954) es un hombre entrañable, de mirada triste y hablar pausado. No resulta difícil entender por qué la epidermis de sus palabras destila cierto aire de desesperanza y un hondo dolor. El estado de guerra permanente que este narrador y ensayista respira a su alrededor, en Israel, ha marcado su escritura. Y su vida. En el 2003, cuando Uri, su segundo hijo, estaba a punto de enrolarse en el Ejército, Grossman, empujado por un "sentimiento de urgencia y ansiedad", empezó a escribir una novela, La vida entera (Lumen), para retratar de qué manera la "violencia externa y la crueldad de la situación general del país penetraban en el tierno e íntimo tejido de una familia y acababan haciéndolo añicos". Tres años después, la tragedia se instaló en su hogar. El 12 de agosto del 2006, su segundo hijo murió durante unas operaciones militares del Ejército de Israel, al sur de Líbano. Transcurrida una semana de luto, retomó el texto (siempre escribe en hebreo). En más de una ocasión, sentado ante su escritorio, el autor de Tú serás mi cuchillo sintió cómo el peso del recuerdo llegó a paralizarlo.