La luna coquetea en el cielo. En el mar, las olas altas de los surfistas caen y se convierten en espuma. Pero el rock and roll, ebrio de cerveza, vive en el bar Bierhouse de Montañita y canta así: “Siempre juntos el rock and roll y yo, / damas y caballeros, / hagan sus apuestas. / Champán para todos / y que siga la fiesta; / de día estoy solo, / de noche hay amigos. / Rocanroleamos para seguir vivos”.