Tener un lugar donde vivir es la prioridad de los cinco hijos de Ana Celia Vivero Ayoví, quien el sábado anterior falleció durante el terremoto que afectó el sur de Chile. La noche del jueves todos durmieron en el cuarto de su abuelita y compartieron una misma cama.
“No hay camas, ni colchones”, dijo Manuel Vivero, tío de los menores de 15, 13, 10, 8 y 4 años, quien asegura que el deseo de sus sobrinos es contar con una vivienda en buenas condiciones y que el Gobierno cumpla con las promesas de ayudarlos con la educación y alimentación. Los niños viajaron en diciembre pasado con su madre que trabajaba en ese país hace más de un año.
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Funcionarios del Ministerio de Desarrollo Urbano y de Vivienda estuvieron ayer en la casa tomando las medidas de un terreno ubicado junto a la vivienda de la familia, según el hermano de la fallecida.
El ministro de esa cartera de Estado, Walter Solís, afirmó que la casa se empezará a construir el lunes próximo en un terreno que los padres de Ana Vivero le habían cedido junto a su hogar y en el que apenas había logrado levantar cuatro pilares.
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Con el bono que otorga el Miduvi, explicó el funcionario, se hará una vivienda de una planta con dos cuartos, sala, comedor, baño que será bien acondicionado para que los niños vivan cómodamente y está previsto que se culmine en 70 días. “Este fin de semana me presentan la distribución, yo la apruebo, y se empieza a construir el lunes”, dijo Solís.
La familia de la víctima ecuatoriana organizaba en la mañana el sepelio de ella que estaba previsto para las 15:00 en el cementerio del suburbio Ángel María Canals. Al mediodía se ofreció una misa ante sus cenizas, pues el cuerpo fue cremado en Chile debido al tiempo que pasó desde el desastre.
Unas treinta personas acudieron a la Eucaristía que se hizo en la calle 17 y Francisco Segura ,donde habitan padres y hermanos de Vivero.
Los niños quedaron bajo la protección de su tío Emilio, quien será su representante legal hasta que ellos cumplan 18 años. Según Manuel Vivero, la Secretaría Nacional del Migrante coordina con otros organismos públicos la ayuda ofrecida a los niños.
Ellos, mientras tanto, prefieren no recordar lo que sufrieron en Chile y más bien se cuidan entre sí, los más grandes a los más pequeños.