EFE
WASHINGTON.- Más de cien parejas de homosexuales concurrieron hoy al Tribunal del Distrito de Columbia para solicitar sus licencias de casamiento inmediatamente después de que la capital de EE.UU. se convirtiera hoy en la sexta jurisdicción del país que reconoce la igualdad de derechos de las parejas del mismo sexo.

"Hemos esperado tres años y medio para este día", dijo a Efe José Manuel Zúñiga, de 40 años, cuando salió con su compañero, Juan Carlos, de 39 años, a la explanada del edificio H. Carl Moultrie de Tribunales en la fría mañana en que se abrió el registro.

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La igualdad de derechos maritales existe ya en los estados de Massachusetts, Nuevo Hampshire, Iowa y Connecticut. Vermont pasó del reconocimiento de las uniones civiles al del casamiento el año pasado, mientras que California tuvo casamientos de parejas del mismo sexo por un período, los ha suspendido como resultado de un plebiscito.

José Manuel Zúñiga, hijo de española y mexicano, y Juan Carlos fueron la trigésimo quinta pareja que inició el trámite previo al casamiento, que se completará a partir del próximo martes, cuando comiencen las bodas.

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La primera pareja que se presentó, tres horas antes de que abriera la oficina, fue la de Sinjoyla Townsend, de 41 años, y su compañera desde hace una docena de años Angelisa Young, de 47, amparadas ya por el estatuto de "pareja doméstica" vigente en el Distrito de Columbia y que ahora se convertirá en licencia de casamiento.

Pero la batalla no está ganada para quienes apoyan la igualdad de derechos "matrimoniales" para las parejas homosexuales: una coalición de organizaciones religiosas, iglesias y activistas de la comunidad negra ha expresado su oposición y podría presentar una demanda ante los tribunales.

La mayoría de la población del Distrito de Columbia es negra, y la influencia de sus iglesias que ha sido tan progresista en materia de algunos derechos civiles, es igualmente conservadora en asuntos de familia y sexo.

Por ahora el Congreso, que tiene la última palabra en el Gobierno del Distrito de Columbia, no impidió la aplicación de la ley municipal: la mayoría demócrata en la legislatura federal no mostró interés en anular un estatuto aprobado por los representantes elegidos de la ciudad.