Manuel Toro
ATACAMES, ESMERALDAS.- Los damnificados de la parroquia Súa, en el cantón Atacames, no fueron aceptados en el colegio Carlos Saud, que se había habilitado como un albergue improvisado.
La causa, según Marcia Quintero, una de las afectadas a quien su casa se le inundó, fue la falta de alimentos. Aurelia Mosquera, otra perjudicada, señaló que únicamente les entregaron arroz, sal y aceite. "Eso es todo lo que nos dieron, nos dijeron que ya no hay más".
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Pero no todos recibieron ayuda. Carlos Silva, propietario de una pequeña panadería del lugar, no pudo salvar nada y perdió además su camioneta con la que trabajaba.
Ayer, las calles y las viviendas del barrio El Porvenir de la parroquia Súa seguían con agua. Solo los bomberos con una pequeña bomba trataron de evacuar el agua empozada.
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Los moradores de este barrio aseguraron que no se tomaron las debidas precauciones y que la Municipalidad no construyó un muro de contención.
"Esta obra cuesta $ 315.261 y en diciembre pasado recién descargaron las piedras para el muro", indicó Manuel Vélez, habitante del lugar.
El último reporte de la Secretaría de Gestión de Riesgos indicó que 753 familias resultaron perjudicadas por la inundación, cinco casas fueron destruidas y el puente de Cube se cayó por la fuerza del agua.
"Necesitamos que nos aprueben los proyectos urgentes que hemos presentado, especialmente para el sistema de agua potable y canalización, esto puede derivar en una epidemia que haría más daño que la misma inundación", indicó Manuel Casanova, alcalde del cantón Quinindé.
El pasado 17 de febrero, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) pidió declarar en emergencia a Esmeraldas, debido a los efectos causados en la población por el invierno.
No obstante, la secretaria nacional de Gestión de Riesgos, María del Pilar Cornejo, adelantó que no se dará paso a las emergencias en las provincias donde hay anegaciones y que más bien se coordinan acciones con los municipios y gobiernos provinciales.