El presidente Nicolas Sarkozy prometió que Francia no permitirá que le "quiten" sus tesoros literarios. Intelectuales han criticado una biblioteca, en Lyon, por firmar un "pacto faustiano" para digitalizar libros junto a Google.
Muchos franceses sienten que las obras de Moliere y los poemas de Baudelaire son un tesoro nacional más importante que la industria automotriz, y que el Estado hace bien en darles una atención especial.
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Robert Darnton, director de la Biblioteca de la Universidad de Harvard, incluso quiere que Estados Unidos tome a Francia como modelo a seguir.
"La tecnología existe y tal vez el dinero exista para verdaderamente recrear la República de las Letras", dijo a periodistas en las actividades suplementarias de una conferencia en París.
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"El Estado debería respaldar el costo de la digitalización de lo que denominan el patrimonio, nuestra participación que le pertenece a toda la nación", aseveró.
Francia ha dicho que está lista para hablar con Google sobre un acuerdo conjunto, pero quiere percibir beneficios más generosos que otros socios, por ejemplo, mediante un intercambio gratuito de libros.
Esa postura es un cambio de actitud tras la partida de Jean-Noel Jeanneney como director de la Biblioteca Nacional de Francia en el 2007. Jeanneney fue un feroz crítico de Google e incluso escribió un libro atacando el proyecto literario de la compañía como una amenaza para la cultura no angloparlante.
En el marco del acuerdo, la Biblioteca Nacional podría permitir a Google usar los libros digitalizados y tendría a cambio acceso gratuito a la colección mucho mayor del gigante de las búsquedas.
"Le damos la bienvenida al espíritu de la propuesta", declaró Simon Morrison, portavoz de Google. "Estamos contentos de hablar", agregó.
El asunto ha adquirido urgencia a raíz del interés en la digitalización que explotó el año pasado.
Mientras los lectores electrónicos ganan popularidad, los libros parecen listos para convertirse en el próximo sector captado por la revolución online, tras la música y el cine.
La compañía de investigaciones en tecnología Forrester estima que las ventas de de libros electrónicos en Estados Unidos alcanzó las 3 millones de unidades en el 2009, y espera que esa cifra se duplique a más de 6 millones en el 2010.
Algunos temen que esto pueda acaba con la palabra impresa y todos sus encantos; mientras que a otros les entusiasma la idea de descubrir gemas agotadas en sus pantallas, de hurgar en la "Carta Magna" de Gran Bretaña o en las primeras ediciones de Madame Bovary de Gustave Flaubert.