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SEATTLE, EE.UU..- Hace diez años era impensable tener un celular con más memoria y capacidades que las computadoras personales de la época, con cámaras y programas que permiten manejar todos los aspectos de la vida de una persona. Dentro de una década, el iPhone y demás aparatos de su tipo serán antiguos.

En los próximos diez años continuará la evolución de las computadoras y la internet, y se producirán aparatos cada vez más rápidos y con más capacidades. Muchas más cosas contendrán sensores y computadoras que registran nuestras actividades, arman archivos digitales que aumentan nuestra memoria y nos ayudan a tomar decisiones y a procesar un exceso de información.

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Se puede decir que esos son pronósticos exagerados. Sin embargo, esta visión de aparatos interconectados que producen y filtran enormes cantidades de información son una progresión lógica de la web, de las computadoras que surgieron en la década del 2000.

La iMac de Apple de 1999 tenía 64 megabytes de memoria RAM, que ayuda a cambiar de programas. La iMac de hoy es 60 veces más rápida. La vieja iMac tenía 10 gigabytes para almacenar fotos digitales y otros archivos. La de hoy tiene 500 gigabytes. ¿Recuerdan el discado? Otra cosa obsoleta. Hoy se impone la banda ancha.

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Y la gente pasa cada vez más tiempo frente a la computadora. En EE.UU., una persona promedio pasaba 52 horas al mes en la computadora de su casa, según la firma Nielsen. Hoy pasa 68 horas. Llenamos la memoria de los hard drives con música y fotos, y aumentan la cantidad de hogares con cámaras digitales y reproductores musicales.

Surgen nuevas formas de comunicarse. La mayoría de nosotros tenemos celulares con cámara, aparatos telefónicos de usos múltiples o el iPhone. Adquirimos computadoras portátiles y queremos conexión de internet en todos lados.

Las páginas personales dieron paso a los blogs, que se pueden preparar en segundos y dan a toda persona con una computadora y acceso a la web la posibilidad de alcanzar una audiencia más grande que la de muchos diarios.

Una primera generación de redes sociales fue reemplazada por sitios como Facebook y Twitter, donde podemos colocar textos, fotos y videos.

En la internet cuesta fijar el límite entre lo que es público y lo privado. Contamos cosas íntimas a nuestros amigos virtuales y a veces nos pasamos de la raya, publicitando datos que mejor no se entere nuestro jefe. Todos estos cambios fueron posibles por la explosión de la capacidad de las computadoras y de las conexiones.

El analista James McQuivey, de Forrester Research, dice que la información estará disponible de inmediato. Se imagina que podrá encontrarse con una conocida en una conferencia y disponer en segundos de sus últimas investigaciones y del nombre de su marido.

Programas de software recordarán todo lo que McQuivey compra, lee on-line y mira en televisión. Un  filtro analizará sus gustos y le sugerirá qué libro leer y qué comer en la cena.

Opina además que será importante usar toda esta tecnología simplemente para mantenerse a la par del resto. Recuerda que antes los profesores de matemáticas prohibían las calculadoras y ahora las exigen.

Craig Mundie, a cargo de investigaciones y estrategias en Microsoft, considera que la humanidad está muy cerca de la era en que las computadoras respondan a la palabra hablada, gestos y la caligrafía. Según su visión, en breve existirán programas que harán que asistentes digitales nos ayuden a resolver problemas.