El sol del sábado agoniza sobre la amplia fachada de La Mansión Discoteca. Adentro, sobre la pista, unos 150 jóvenes agitan sus cuerpos al sonsonete reggaetonero de: “Changa, changa changa, changuería. / Changa changa, changa. / JKing y El Maximan. / Changa, changa changa, changuilla, vamos a la acción”.