EFE-AFP
ROMA.- El servicio secreto italiano, encargado de proteger al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, estaba en la mira, ayer, luego del ataque que este sufrió el domingo y que le dejó con varios dientes rotos, la nariz fracturada y la cara cortada.

Berlusconi deberá permanecer hospitalizado al menos hasta hoy en Milán. Su atacante, Massimo Tartaglia, un hombre con antecedentes de problemas mentales, le lanzó una reproducción en miniatura de la catedral de Milán, cuando firmaba autógrafos en un mitin.

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Fuentes políticas dijeron que el operativo de seguridad para proteger a Berlusconi está bajo revisión debido a que Tartaglia  se acercó tanto al mandatario que podría haberlo matado si hubiera tenido un arma.

El último asesinato político en Italia fue en 1978, cuando la guerrilla de las Brigadas Rojas asesinó al ex primer ministro Aldo Moro, en uno de los periodos más tensos del país.

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"La protección del jefe de gobierno atañe a la seguridad nacional y voy a proponer un debate sobre el caso" en el Congreso,  anunció ayer el diputado Carmelo Briguglio, quien recordó otros dos hechos que también ponen en entredicho la seguridad de Berlusconi: en el 2004 lo golpearon con un trípode y  este año se descubrió que fue fotografiado sin saber en su residencia privada veraniega, de Cerdeña.

Según el diario Il Corriere Della Sera, la escolta cercana del jefe de gobierno está compuesta por "unos 20 hombres" y el sistema falló en el anillo más cercano, encargado de protegerlo de las agresiones directas.

Tampoco funcionó después de que fue herido, sostiene el diario, pues el automóvil del jefe de gobierno debió partir inmediatamente con el herido pero este decidió salir y tranquilizar a sus simpatizantes.